Publicado el 2 diciembre, 2016
Al final de nuestra parashá está escrito: “Y se levantó Labán por la mañana y besó a sus hijos (nietos) y a sus hijas, los bendijo y se fue, y regresó a su lugar. Y Yaäcov se fue por su camino, y lo encontraron unos ángeles de Dios”.