Publicado el 11 julio, 2024
Raquel Markus-Finckler Es extraño (y algo perturbador) que, una vez adultos, todavía conservemos la capacidad de armarnos cuentos infantiles en la cabeza y que queramos creer en ellos, como si pudiéramos permitirnos el lujo de seguir siendo escapistas, ingenuos o inocentes. Es como inventarse un mundo entero de fantasía y encanto, para resguardarlo en una burbuja de jabón que flota en el aire. Parece inevitable […]