El anuncio de la muerte de Marianne me causó profundo dolor y me hizo recordar aquello que alguien dijo: “Es como morir dos veces cuando muere un hombre bueno” (en este caso una mujer buena).
Mucho se ha escrito estos días sobre la triste noticia de la desaparición de la gran líder humanista Simone Veil, quien deja una enorme estela que marcó el compromiso de un futuro de paz y cooperación en el mundo.