El Líbano es bien conocido por su capacidad para mantener un delicado equilibrio entre las minorías religiosas y las sectas. La guerra civil de 1975-1989 fue resuelta por el Acuerdo de Taif, que puso fin a ese doloroso período.
Israel se encamina precipitadamente a otro enfrentamiento violento en su frontera norte, esta vez contra tropas iraníes o combatientes apoyados por Irán, con misiles encargados a Teherán.
El pasado 8 de agosto, el boxeador palestino Sultan Abu Al-Haj renunció a participar en un combate del Campeonato Mundial de Muaythai en Bangkok, Tailandia, porque su oponente era israelí: el druso Amit Madah.
Hezbolá ha creado una serie de puestos de avanzada a lo largo de la frontera del Líbano con Israel, pretendiendo ser una organización dedicada a la agricultura.
El grupo terrorista Hezbolá está prácticamente en bancarrota, pero sus jefes siguen siendo muy ricos, según un reportaje publicado por el diario alemán Die Welt.
No hay relaciones tensas entre Israel y Rusia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, viaja a menudo a Moscú para coordinar las intervenciones de Rusia en las distintas crisis árabes.