Publicado el 29 septiembre, 2017
Se ha calificado de santo al pueblo hebreo —pueblo mártir por excelencia—, porque el patriarcado o la teocracia que lo gobernó se consagró de modo absoluto, y con la más indefectible fidelidad, al servicio de Dios, alabándole y adorándole todos los días y en todas las circunstancias.