Prácticamente todos los medios de comunicación informaron sobre la condena que la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) hizo contra los túneles de Hamás que se encuentran bajo una escuela de esa organización.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sugirió a la administración del presidente de EEUU, Donald Trump, que Israel estaría dispuesto a anexar varios asentamientos judíos de Judea y Samaria (Cisjordania) a cambio de entregar a la Autoridad Palestina varias ciudades árabes israelíes
Ya es tiempo de que la comunidad internacional despierte a ciertas realidades sobre los palestinos que muchos desearían ignorar. Los recientes acontecimientos en la región, incluyendo el brutal asesinato de dos policías y tres miembros de una familia israelí, así como las delirantes historias de conspiración que circulan sobre el Monte del Templo en Jerusalén, enfatizan el problema.
Lo que ha sucedido en Jerusalén durante las últimas dos semanas es un típico proceso de manipulación, que luce concebido desde el principio por la Autoridad Palestina para generar violencia.
Días atrás, muchos palestinos se indignaron cuando circularon reportes de que los israelíes estaban construyendo un nuevo asentamiento junto a la localidad de Der Istiya, en la región de Samaria, al norte de Cisjordania.
Esa misma tarde, cientos de personas se reunieron en el cementerio militar del Monte Herzl, en Jerusalén, para el sepelio del joven, quien era residente del asentamiento de Talmon e hijo del rabino Ohad Teharlev, conocido líder de la ortodoxia moderna israelí.
El titular de Defensa reveló que un mensaje directo, recibido de la Administración Trump, advierte que imponer la soberanía israelí a Cisjordania (Judea y Samaria) significaría una “crisis inmediata” con Estados Unidos.
Todos los miembros de la oposición presentes votaron en contra del proyecto de ley, con el veterano legislador del Likud, Benny Beguin, destacándose como el único miembro de la coalición en oponerse a la medida.