Pinejás, motivado por el celo del nombre de Dios, consigue hacerse de coraje y fuerza, y a través de una acción brava y contundente, logra detener una epidemia que mermaba a la población judía en el campamento
Dijo Dios a Moshé: toma la vara y reúne a la congregación. Tú y tu hermano Aharón le hablarán a la roca a sus ojos (del público), dará sus aguas y sacarás agua de la roca, y abrevarás a la congregación y a sus rebaños.
Israel se prepara para regresar a la tierra paternal, y solicitan enviar representantes para verificarla, para comprobar la bendición que reposa sobre ella y elaborar planes de conquista, según el tipo de habitantes.
En la parashá de esta semana figuran las bendiciones que le fueron dictadas a Aharón y a sus hijos de recitar a la congregación de Israel cada vez que suban al podio.
Las fechas conmemorativas de nuestro calendario nos han dado la posibilidad de adentrarnos en la cuarta dimensión (la temporal) de nuestra realidad y, de alguna manera, también de atrevernos a realizar modificaciones en ella.
Dice rabí Shelomó HaCohén Rabinowicz, ZT”L, que “Es curioso que estos tres versículos (uno detrás del otro) terminen exactamente con las mismas palabras: Yo soy el Eterno, tu Dios.