Esta es la primera vez que aparecen las leyes de esclavitud en la Torá, las cuales regulan, y a la vez definen, las normas de quien deberá emplearse a otra persona, voluntaria o involuntariamente, por un tiempo definido.
Esta es la distinguida condición espiritual del sacrificio de minjá, que, a pesar de estar hecho a base de cereal, la Torá lo compara con dos de los sacrificios más consagrados: el jatat y el asham.