Entre febrero y abril las flores silvestres de Tierra Santa visten sus mejores galas, ofreciendo un espectáculo estimulante para la vista con su derroche de formas y color.
Hoy en día su nombre se asocia fundamentalmente al famoso premio, uno de los más prestigiosos del mundo y cuya centésima edición se entregará este mes.
Hace casi un siglo, Warburg pagó con la locura una ambición intelectual que hoy sorprende por su lucidez, al plantear una nueva lectura de la historia del arte.