Publicado el 5 febrero, 2016
Aun escribiendo estas breves líneas, mi mente no acepta la idea de que ya no estés aquí, en tu querido Sinai, tu sinagoga y en el ambiente que tanto te hacía feliz, siempre buscando apegarte más a Hashem como si presintieras que en breve estarías muy cerca de la shejiná…