A través de experiencias, vivencias e investigaciones, ponentes calificados muestran realidades que responden a interrogantes planteadas en el país
C ontinuando con el ciclo de micro charlas de 15 minutos, el CC Brief-Kohn de Hebraica ofreció varias perspectivas acerca de la realidad venezolana englobadas en la pregunta “¿En qué país vivimos?”. En esta oportunidad se presentaron las experiencias, vivencias e investigaciones de ponentes de la talla del dirigente político Diego Scharifker, el especialista en seguridad Samuel Yecutieli, y el dirigente comunitario y directivo de la CAIV Nelson Belfort.
Las presentaciones de Miguel Truzman, ex director de Derechos Humanos de la Fraternidad Hebrea B’nai B’rit y directivo de la CAIV, y Brian Fincheltub, dirigente juvenil y presidente del Instituto de Deporte y Recreación del Municipio Sucre, quienes no pudieron asistir, fueron trasmitidas por José Soto, vicepresidente del CSCD Hebraica, y Nelson Belfort, moderador del evento.
Raquel Markus, directora del CC Brief-Kohn, inició el evento con palabras que pusieron en contexto a los más de 150 asistentes: “Tendremos la oportunidad de escuchar distintas aproximaciones a la realidad venezolana. Algunos saldrán con una respuesta a la pregunta ¿en qué país vivimos?, otros con nuevas interrogantes. Ninguna respuesta será igual a otra, y todos seguiremos viendo en Venezuela, el país que llevamos por dentro”.
Markus continuó comparando a la pujante Venezuela de antes y ahora: “Hoy las agendas personales dependen de las agendas políticas, los planes familiares de las portadas de la prensa nacional del día, los proyectos a largo plazo son una aproximación a la esperanza, confiar en la prosperidad del país es un verdadero acto de fe religiosa”. En este sentido, afirmó que ante la pregunta ¿En qué país vivimos? La respuesta más acertada sería en un país que exige lo mejor de cada uno de sus habitantes, que nos enseñó a ser precavidos, que nos enseñó el valor de las cosas y la importancia de los valores. Sobre todo, en uno que enseñó a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. En conclusión, vivimos en un país de muchas preguntas y respuestas inconclusas, donde la lucha de nuestra comunidad es loable, firme y continua.
Diego Scharifker ofreció su punto de vista acerca de la situación del país, aseverando que sin duda existe un gran deterioro en distintas áreas de la sociedad, y citó un caso sobre el que trabajan con ahínco: el estado de las aguas en Venezuela y datos sobre la infraestructura de la capital. Indicó que, a pesar de todas las contradicciones y dificultades, confía en que los cambios están cerca y es necesario darle un voto de confianza a la dirigencia política venezolana.
La seguridad y la violencia fueron temas analizados por Samuel Yecutieli, quien explicó con detalle lo que él denomina el “coctel explosivo”, compuesto por varios factores, entre los que se encuentra la ruptura del hilo institucional. Expresó que en tiempos de crisis hay personas que se esconden y otras que se potencian. Para ejemplificar esto citó el caso de la comunidad judía venezolana y sus logros en términos de convivencia y bienestar. “La única manera de reconstruir el país es a través de la incorporación de los valores. Aquel que no le teme a Dios es capaz de cometer cualquier atrocidad, es por ello que los límites son tan fundamentales en una sociedad”, indicó Yecutieli.
Por su parte, José Soto leyó las palabras de Brian Fincheltub, quien ha realizado un intenso trabajo en la Alcaldía de Sucre, trasmitiendo en su ponencia que el deporte es una herramienta que salva vidas, y que no es posible permitir la “naturalización de la muerte”. A través de un video se mostraron los logros de su gestión, a través de la recuperación e incorporación de espacios físicos en zonas de escasos recursos que ahora están dedicados a diferentes prácticas deportivas.
La intervención de Miguel Truzman fue trasmitida a través de Nelson Belfort, quien expuso los logros de la CAIV en pro de la lucha contra el antisemitismo y el fortalecimiento de las relaciones de nuestra comunidad con otras religiones.
Visiones no tan alentadoras las de unos, y esperanzadoras las de otros, coincidieron en que la comunidad judía venezolana es un oasis en medio de la caótica situación que nos ha tocado vivir, un ejemplo de trabajo en equipo, un lugar seguro para las familias, ejemplo de continuidad, donde se fortalece día a día la relación con Israel. Es, pues, un ejemplo para las comunidades de Latinoamérica y el mundo.
Este mismo formato de micro charlas se repetirá a inicios del mes de noviembre, y en esa oportunidad el análisis de las perspectivas del país estará a cargo de cuatro voces femeninas que hablarán sobre sus visiones de Venezuela según sus experiencias como abogadas, politólogas, empresarias e integrantes de la dirigencia comunitaria.
Daphne Breuer de Jagerman
Gerencia de Comunicaciones e Información del CSCD Hebraica