Esta noche es Rosh Jodesh Kislev, mes de las luces de Janucá. Y esta institución tuvo la suerte de verse alumbrada no solo en Kislev, sino todos los meses del año durante los últimos 30 años, gracias a la participación de una de las pocas personas que conozco de las que me cuesta definir si su mayor virtud es su capacidad profesional o su calidad humana, cualidades que generalmente no vienen juntas; pero en tu caso, Ana, se rompen todos los paradigmas.
Tengo el honor de hablar en nombre de mis compañeros, los presidentes de esta institución, y me atrevo a asegurar que todos tuvimos la suerte de ejercer la presidencia acompañados del sabio consejo, optimismo y creatividad de Anabella, quien nos hizo más fácil y llevadera esta difícil misión. Y no solo eso, Ana, durante estos 30 años trabajaste con varios presidentes, y es admirable cómo en cada gestión te adaptabas con extrema facilidad al nuevo estilo del presidente entrante y acoplabas perfectamente al tren de gerentes a esos cambios.
Ana, siempre quedarán como recuerdo en mi mente tus palabras alentadoras en os momentos difíciles y de apremio, cuando decías “Todo va a salir bien, Dios es macabeo y está con Hebraica”. Y así ha sido en estos últimos años, logrando construir y formar una institución ejemplo en el mundo y que a la vez es motivo para que la comunidad siga aferrada a este país… Eso no vino solo, tú le diste la forma adecuada a Hebraica para que fuera así.
No hubo área de Hebraica en la cual Anabella no estuviera involucrada, desde los asuntos macro comunitarios hasta revisar un problemita con la grama del campo de fútbol, Fuiste una directora integral.
Para nosotros, los presidentes de Hebraica, las palabras Kineret, Edad de Oro, Macabiadas, Tip Tipot, ejecutivo, Deportes, Cultura, finanzas, Yom Yerushalaim, Juventud, Mekorot, Guésher, Yom Haatzmaut, Festival de Cine, Macabi, Agencia Judía, Keren Pincus, Centro Brief-Kohn, técnica, gerentes, CLAM, Limud… y muchísimas más, son sinónimos de Anabella.
Ana, no estarían completas estas palabras al hablar solo de tus cualidades en Hebraica. Debo resaltar también tu labor en el ámbito internacional, tus relaciones a todo nivel con altos representantes de comunidades de América e instituciones gubernamentales de Israel. Yo personalmente lo he visto y me quedo admirado, pues gracias a esas gestiones has logrado también que Hebraica y la comunidad hayan obtenido recursos invaluables y seamos conocidos y considerados en el mundo judío internacional.
Hoy, después de más de 30 años de ininterrumpida y exitosa labor al frente de Hebraica, tomas la decisión de buscar un rumbo diferente para tu vida y tu futuro familiar y profesional. Seguramente se creará un vacío; como tú dices los vacíos se llenan, y Hebraica seguirá adelante, pero la huella que dejas será indeleble, y tu estilo será digno y necesario de imitar para mantener la grandeza de esta institución.
Ana, te deseamos el mayor de los éxitos en esta nueva etapa que vas a emprender, y le pido a Dios que te retribuya en bendiciones la dedicación y amor que le pusiste a Hebraica y a esta comunidad. Te queremos mucho.
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ENTREVISTA / Anabella Glijenschi de Jaroslasky
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