Sami Rozenbaum, Director NMI
H ace ya varios años que se están desarrollando tecnologías para “cultivar” carne en el laboratorio, haciendo que una o varias células animales se reproduzcan en el ambiente adecuado para convertirse en tejido comestible. Esta “carne sintetizada” por bioingeniería sería una respuesta a los vegetarianos que rechazan el sufrimiento animal, además de que para el ambiente resultaría mucho más beneficioso fabricar carne en lugar de criar animales. La primera “hamburguesa cultivada” llegó a los titulares en 2013, y su creador, Mark Post, espera lanzarla comercialmente al mercado dentro de unos cinco años.
Ahora, como informa The Times of Israel, una start-up israelí está incursionando por primera vez en la tecnología de la carne de pollo cultivada. En diciembre de 2015, la firma SuperMeat inició una campaña de financiamiento por internet y una intensa actividad promocional en las redes sociales. Un factor que destaca la publicidad es que la carne así producida no solo sería supuestamente kasher, sino también parve (ni cárnica ni láctea).
El director científico de SuperMeat es Yaakov Nahmias, ingeniero biomédico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien explica que se tomarán unas pocas células de un pollo o gallina (sin dañar a los “donantes”), que se colocarán en un equipo biotecnológico en condiciones que permitirán que estas células se multipliquen y “autoensamblen” como carne. Otra ventaja de esta forma de producir alimento es que será mucho más fácil evitar la contaminación por los microorganismos que dan lugar a las temibles epidemias aviares.
Koby Barak, cofundador y actual director ejecutivo de SuperMeat, es él mismo “vegano” y activista por los derechos de los animales. Asegura: “He hablado con unos diez rabinos y no veo ningún problema”. Entre los testimonios que aparecen en la página de Facebook de la empresa se incluyen rabinos de varias tendencias.
Dov Lior, rabino jefe de Hebrón y Kiriat Arba (ultraortodoxo), y Yuval Cherlow, rabino “religioso sionista” de Raanana, opinan que SuperMeat será parve; argumentan que las células animales no cuentan como carne, y que el proceso tecnológico las trasforma en algo enteramente nuevo; citan la expresión del Talmud “Un nuevo rostro ha llegado”, que significa que algo que estaba prohibido deja de estarlo cuando se modifican las circunstancias.
Pero ya sabemos que en estos temas siempre habrá controversia. Israel Rosen, jefe del Instituto Zomet, que trabaja por reconciliar la Halajá con la tecnología, opina que SuperMeat será carne y por lo tanto requerirá supervisión rabínica. El rabino Cherlow anticipa que habrá desacuerdo entre los haredim y los sionistas religiosos. Lo más probable es que el Rabinato de Israel asuma la posición más estricta de los haredim, y considere el pollo cultivado como kasher pero no parve. Después de todo, llevando al extremo los argumentos de Dov Lior y Yuval Cherlow, si se cultivara carne de cerdo también sería kasher… algo muy difícil de asimilar.
U n conocido hombre de negocios israelí, Rami Levy, está construyendo un centro comercial en la zona industrial de Atarot de Jerusalén Oriental, a dos minutos del cruce fronterizo que lleva a Ramala, en Cisjordania. Levy tiene la visión de que este sea el primer mall palestino-israelí, y aspira a que los comerciantes de Ramala alquilen locales allí, convirtiendo el lugar en un importante centro de encuentro entre judíos y palestinos.
Sin embargo, el proyecto se ha topado con el rechazo frontal de varias organizaciones palestinas. Saleh Haniye, líder de la Sociedad Palestina para la Protección al Consumidor, aseguró a la agencia de noticias Maan que ese y otros grupos “revelarán los nombres de todos los socios palestinos del ‘colono’ Rami Levy, para colocarlos en una lista negra y boicotearlos”; también presionarán a la Cámara de Comercio Palestina para que “congele” la membresía a quienes se asocien al proyecto.
El empresario ya había convencido a una de las principales firmas palestinas de venta de productos electrónicos para que instalara una tienda en el nuevo centro comercial, pero las presiones políticas han puesto en duda este acuerdo.
Levy señala que se le ocurrió la idea al considerar que los varios centros comerciales y automercados que ya posee en Cisjordania “se han convertido en inesperados puntos de interacción amistosa entre judíos y árabes, que buscan trabajo y menores precios”, como indica The Times of Israel. “Si este mall tiene éxito, puede llevar a una mayor comprensión de que juntos podemos hacer muchas cosas”.
Levy asegura que, además, en el nuevo mall los precios serán más bajos, a lo que Saleh Haniye replica: “No venderemos nuestros principios por unos cuantos shékels”. Sin embargo, la mayoría de los palestinos entrevistados por The Times of Israel en el cruce entre Ramala y Qalandia declararon que no tendrían problema en comprar en el nuevo centro comercial.
D espués del referendo por el Brexit, muchos británicos están tratando de obtener la ciudadanía de algún país de la Unión Europea, para no perder las ventajas de formar parte de ese bloque. Según indica el diario The Independent, la mayoría busca pasaportes de la República de Irlanda (qué ironía).
En el caso de los judíos, los descendientes de quienes debieron huir de Alemania durante el régimen nazi están ahora aprovechando una legislación llamada de “ciudadanía restaurada”, que les permite obtener la nacionalidad de ese país. El consulado alemán en Londres está recibiendo numerosas solicitudes de información al respecto.
Según el reportaje, un 59% de los judíos británicos votaron contra el Brexit.