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C omo es tradición, el Instituto Cultural Venezolano-Israelí (ICVI) cerró sus actividades del año 2017 con un acto conmemorativo de la Resolución 181 de la ONU, con la que la Asamblea General de ese organismo dispuso la creación, en el entonces Mandato Británico de Palestina, de dos Estados, uno judío y otro árabe. Al cumplirse este año el septuagésimo aniversario de tan importante acontecimiento, el evento tuvo una significación especial.
El encuentro, que tuvo lugar en la sede de la Fraternidad B’nai B’rith, contó con la presencia del nuncio apostólico Aldo Giordano; el embajador de Francia, Romain Nadal; el de Alemania, Stefan Herzberg; integrantes de las juntas directivas de instituciones comunitarias, y numerosos estudiantes universitarios que participan en las actividades del ICVI.
La periodista Eleonora Bruzual fungió como maestra de ceremonias. En sus palabras de apertura, recordó: “Venezuela selló su respaldo y solidaridad al Estado judío, que ha remontado no solo el tiempo trascurrido sino esas marañas que la historia guarda. Marañas, escabrosidades, que gracias a Dios pasan, se derrotan y dejan de nuevo despejados los caminos y senderos de la democracia, de la convivencia, de la libertad”.
Al final del acto, el público pudo deleitarse con un popurrí de música israelí y venezolana, a cargo de los violines del maestro Marius Podareanu, director y violín solista, y su grupo integrado por Eduardo Monroy (voz y teclado), Carlos Rodríguez (Bajo) y Marco Morao (violín).
Las intervenciones de esa noche se sintetizan a continuación.
Freddy Malpica, presidente del ICVI
El ex rector de la Universidad Simón Bolívar recordó que, durante el Primer Congreso Sionista en 1897, Teodoro Herzl afirmó que las comunidades judías del mundo formaban una nación, que tenía derecho de contar con su Estado en Éretz Israel, su hogar ancestral.
Mencionó asimismo que el Comité Venezolano Pro-Palestina fue fundado en 1946 como forma de expresar la solidaridad de nuestro país a la causa judía en aquel dramático momento, tras el Holocausto, y cuando se luchaba por establecer el hogar nacional. Ese comité sería la raíz del ICVI, institución que ha desarrollado numerosas actividades científicas y culturales para vincular a Venezuela y el Estado judío.
Expresó Malpica que Israel se ha convertido, en apenas siete décadas, en un país altamente desarrollado en los campos tecnológico, económico y social, a pesar de ser muy pequeño, no disponer de recursos naturales y estar obligado a dedicar ingentes recursos a la defensa. Su secreto para estos logros extraordinarios ha sido convertirse en una sociedad del conocimiento, el cual genera y difunde desde sus excelentes universidades y centros de investigación.
Oscar Patiño: aprendizajes
De seguidas se dirigió al público Oscar Patiño, joven que está por obtener el título de abogado por la Universidad Católica Andrés Bello, y quien actualmente es coordinador general de la ONG “Un Mundo Sin Mordaza”.
Patiño agradeció al ICVI, del cual ha formado parte desde que tenía 17 años de edad, por lo que calificó como la maravillosa labor que hace con énfasis en la educación. Asimismo, expresó su respeto y admiración por la historia y la cultura judía, además de sentirse orgulloso por el aprendizaje y amistades que ha forjado participando en el instituto.
Mencionó que una frase que lo ha marcado es “Prohibido olvidar”, que no significa guardar rencores sino que sirve como una forma de ser mejores y superar adversidades, lo cual constituye un reto para los jóvenes venezolanos en estos difíciles momentos.
Eliéser Rotkopf: un sueño pendiente
Eliéser Rotkopf, director general del ICVI, señaló: “El 29 de noviembre de 1947 se iba a realizar la votación sobre el futuro de Palestina. Francia, preocupada por su compromiso con el mundo árabe, era una incógnita. Se recurrió a su ex primer ministro Leon Blum, cuya intervención fue exitosa; Francia votó a favor, y una explosión de vivas y aplausos cubrió la sala de la Asamblea General, mientras centenares de judíos rezaban en los pasillos y frente a las Naciones Unidas, y millones de judíos en el mundo seguían con ansiedad las trasmisiones de radio con el conteo que culminó con el mágico número de aprobación: 33 a favor, 13 en contra y 10 abstenciones. Treinta y uno era el número necesario. Nuestra Venezuela votó a favor y así renació el Estado de Israel.
(…) “Decía Shimon Peres: Un hombre puede sentirse tan anciano como el peso de su edad, pero tan joven como sus sueños y esperanzas. Y hoy yo también tengo un sueño: que se reanuden las relaciones amistosas y diplomáticas entre Venezuela e Israel, y la paloma de la paz extienda sus alas sobre nuestra geografía”.
(Fotos: José Esparragoza)