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Los investigadores afirman que el reciente hallazgo se produjo con la ayuda de drones equipados con cámaras, nueva tecnología que en los últimos se ha convertido en componente de su caja de herramientas
Daniel K. Eisenbud
H Hace poco, en el curso de excavaciones en el sitio de Horvat Amuda ubicado en la región de Lajish al norte del Néguev, un equipo de arqueólogos descubrió una estructura del período helenístico con antigüedad de 2.200 años que es, según se cree, un palacio o templo idumeo.
Horvat Amuda fue uno de los asentamientos agrícolas periféricos de Maresha, que luego pasaría a ser la capital del distrito idumeo. Antes de eso, durante el periodo pérsico del siglo V a.e.c., los idumeos –pueblo semítico que se originó en el sur del Jordán– se establecieron en las faldas del Shfelá en Judea. Luego de que los hasmoneos conquistaran la zona en 112 a.e.c., los idumeos se convirtieron y asimilaron a la población de Judea. Hoy día el sitio, ubicado cerca de una zona de adiestramiento militar, es parte del Parque Nacional Bet Guvrin-Maresha.
Los directores de la excavación, Oren Gutfeld, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y Pablo Betzer y Michal Hbaer, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA por sus siglas en inglés), describieron la estructura como sumamente excepcional. “Si fuera un palacio o templo idumeo, se trata de un hallazgo excepcional y fascinante”, declararon conjuntamente. “En este país pueden contarse con los dedos de una mano estructuras similares. Parece que desmantelaron la construcción deliberadamente, probablemente durante la conquista de la región por parte de los hasmoneos”.
En una de las habitaciones descubrieron dos altares de incienso en buen estado de conservación. Uno de ellos, que tenía tallada la imagen de un toro, se presenta delante de lo que parece ser la fachada de un templo adornado de columnas salientes. De acuerdo con los arqueólogos, el altar es “un hallazgo único y excepcional en términos de su ornamentación”. El toro, dicen, puede haber simbolizado una deidad a la que adoraban los idumeos.
Adicionalmente al altar de incienso, también se descubrieron recipientes, jarros y lámparas de aceite, entre otras vasijas de cerámica.
En el sitio se hallaron numerosos espacios subterráneos usados como canteras o para la realización de baños rituales (mikvaot), prensas de aceite y palomares. Además, se descubrieron túneles ocultos de la época de los alzamientos judíos contra los romanos, uno de los cuales contenía una olla de tiempos del alzamiento de Bar Kojba (ocurrido entre los años 132 y 135 de la era cristiana).
Los arqueólogos afirman que el reciente descubrimiento fue posible por el uso de drones equipados de cámaras, nueva tecnología que en los últimos años se ha convertido en un componente de su caja de herramientas. “Como parte de un amplio proyecto de investigación arqueológica del área entre Bet Guvrin y Maresha en el norte, y Moshav Amatzia en el sur, las cámaras de los drones fotografiaron los restos arqueológicos desde lo alto, lo que reveló posteriormente rastros de la estructura en la que ahora se realizan excavaciones”, dijeron.
Describieron los drones como un “paso adelante en la investigación”. “Esta tecnología nos permitió decidir dónde concentrar las sondas de nuestra excavación y, sin duda, se dilucidó muy rápido que se trataba de un descubrimiento peculiar”, agregaron. “Esperamos que la excavación que continuaremos durante primavera traiga a la luz más acerca de esta historia”.
La Fundación Beit Lehi y la IAA financiaron la excavación, que se realizó con la participación de estudiantes de Arqueología de las universidades Hebrea de Jerusalén y de Bar Ilán, así como grupos de voluntarios provenientes de Estados Unidos.
Fuente: The Jerusalem Post. Traducción NMI.