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Han pasado cinco décadas desde aquella guerra en junio de 1967, donde las Fuerzas de Defensa de Israel rescataron la soberanía de Jerusalén, la cual desde 1948 permanecía en manos del Reino de Jordania. Ese día está marcado en el calendario hebreo como el 28 de Iyyar de 5727.
Redacción NMI
Y om Yerushalaim, también conocido como el Día de Jerusalén, es un día festivo en Israel y que también conmemoran los judíos en todo el mundo con lecturas de la oración Hallel para la alabanza y acción de gracias en las sinagogas, desfiles callejeros, fiestas, canto, bailes, conferencias sobre la historia y el futuro de Jerusalén.
Particularmente en Jerusalén, se realizan ceremonias estatales y servicios conmemorativos en honor a todos los que entregaron su vida en la Guerra de los Seis Días, presididas por el alcalde de Jerusalén.
Actualmente, luego de medio siglo, cada barrio de Jerusalén es diferente. Los visitantes y habitantes se encuentran con callejones tranquilos, bulliciosos mercados coloridos y el inigualable aroma picante del Medio Oriente. Hay quienes lo catalogan como una metrópolis antigua y a la vez moderna, donde la gente trabaja, juega, compra, se moviliza, discute y ama. Además, la ciudad de Jerusalén es reconocida mundialmente como el lugar sagrado, en el que conviven las tres principales religiones monoteístas del mundo, y por ello en cada rincón se escuchan oraciones y se invocan bendiciones.
En la primavera de 1967, las fuerzas árabes e israelíes se enfrentaron. El resultado fue una sorprendente victoria de Israel, en la que derrotó a tres ejércitos árabes en apenas seis días. A pesar de estar rodeados por todos lados, Israel venció en la guerra.
Las fuerzas israelíes controlaban la parte occidental de Jerusalén mientras que la antigua parte oriental, aparte de un pequeño enclave israelí en el Monte Scopus, era controlada por las fuerzas jordanas.
La parte oriental era importante por razones estratégicas y religiosas, ya que muchos sitios considerados sagrados se encuentran en dicha zona como: la Cúpula de la Roca y la mezquita de al-Asqa, de los musulmanes; el Monte del Templo y el Muro Occidental, de los judío; y la Iglesia del Santo Sepulcro, de los cristianos.
Las primeras horas de la guerra estuvieron marcadas por la “Operación Moked”, que permitió la destrucción de la mayor parte de la fuerza aérea egipcia en un lapso de tres horas. Israel no tenía intenciones de atacar a Jordania y por ello, envió un mensaje al rey de Jordania pidiéndole permanecer neutral, pero el ejército jordano que estaba bajo el mando de Egipto, recibió la orden de abrir fuego.
Después de seis días de intensos combates en tres frentes, las fuerzas israelíes conquistaron el desierto del Sinaí, la Franja de Gaza, Judea y Samaria, los Altos del Golán y liberaron íntegramente a Jerusalén.
La impactante victoria de Israel en la Guerra de los Seis Días, con Jerusalén, todo el Sinaí y el corazón bíblico de Eretz Israel, ahora bajo soberanía israelí, creó una euforia en todo el país. Al mismo tiempo, había una terrible tristeza por las más de 670 víctimas que dejó el combate.
Jerusalén fue el centro de la mayor celebración. Todo el día en la radio sonaba Yerushalaim shel Zahav (Jerusalén de oro) de Naomi Shemer, La canción había sido lanzada semanas antes de la guerra y rápidamente se convirtió en el himno de la victoria.
Ese 7 de junio de 1967 el primer ministro, Levi Eshkol, declaró: "Esta mañana las Fuerzas de Defensa de Israel liberaron a Jerusalén. Tenemos a Jerusalén unida. Hemos regresado al más sagrado de nuestros lugares, nunca nos separaremos de nuevo”.
Después de conquistar Jerusalén Oriental, Israel declaró por ley a toda la ciudad unificada como capital del Estado judío, y en los barrios árabes residen en la actualidad más de 300.000 palestinos.
Aun luego de 50 años de su liberación y unificación existen planes para fortalecer Jerusalén, es por eso que el gobierno israelí anunció, desde del año pasado, una serie de decisiones destinadas al mejoramiento y progreso de la ciudad.
El plan anunciado comprende acciones para desarrollar económicamente entre los años 2016 y 2020, e incluye la renovación de la infraestructura de la ciudad, promover el turismo a la Ciudad Vieja y a la Explanada del Muro de los Lamentos, continuar las excavaciones arqueológicas y la preservación del área.
Jerusalén brinda a los apasionados por el arte y la cultura una gama de opciones. Encuentros con otras religiones, otras culturas y naciones han proporcionado a la ciudad una atmósfera única haciendo de este un lugar con una personalidad peculiar.
Una de las visitas inaplazables en el casco histórico son las murallas de la ciudad, construidas en el siglo XVI. En Jerusalén Oeste se pueden hacer visitas religiosas en el Monte Sión y la Tumba de David. Otros lugares de interés son la Tumba de los Jueces, el Museo de Yad Vashem (monumento conmemorativo a los millones de judíos que murieron en el Holocausto) y Mea Shearim (las cien verjas). Mientras que en el Este, los visitantes pueden seguir el Camino de la Cruz, entrar en la Iglesia del Santo Sepulcro, ver el Muro de los Lamentos, la Mezquita de la Cúpula de la Roca, la Mezquita de Al-Aqsa y las puertas de Jaffa y de Damasco.
La Tumba del Rey David es un lugar de peregrinación y oración, tanto para los judíos como para los musulmanes.
Una de las exposiciones más impresionante son “Las vidrieras de Chagall”, 12 ventanas elaboradas con cristales de vivos colores, que representan a las doce tribus de Israel, elaboradas por el artista judío Marc Chagall, para la sinagoga de Hadassah-Hebrew University Medical Center.
Una atracción muy visitada es el Time Elevator, un simulador virtual en el que se hace un repaso de la historia de Jerusalén desde sus orígenes.
Esta ciudad posee una enorme agenda cultural que ofrece exposiciones, presentaciones teatrales y musicales, conciertos y danza, sin nombrar otros espacios de esparcimiento como cafés, restaurantes, clubes y cines.
En la ciudad antigua y Jerusalén Este se encuentran los establecimientos más económicos. La ciudad nueva, en contraparte, tiene una vida nocturna mucho más activa.
Además, existen más de 50 museos, docenas de instituciones culturales, academias y escuelas que ofrecen cursos, a nivel de educación superior, para artistas.
El Jerusalem Theater es el lugar con representaciones escénicas más importantes, pero no es el único teatro de la ciudad. También el Khan Theatre destaca por su originalidad. Así como el Train Theatre, para los que se inclinan hacia las obras de marionetas. Aunque en todos estos espacios la mayoría de los espectáculos son en hebreo, también hay obras en inglés.
Para los interesados en profundizar en la música étnica, la literatura, la poesía y el pensamiento judío, el lugar más indicado es la Confederation House, institución cultural donde se realizan conciertos y encuentros con artistas judíos contemporáneos. Otra opción es el Beit Shmuel, centro cultural de similares características, que también ofrece alojamiento para visitantes a precios asequibles.
La Asociación de Pintores y Escultores de Israel tiene una interesante iniciativa gracias a la cual muchos artistas israelíes pueden exponer sus obras. En la sede de la asociación, la antigua Escuela Bezalel de Artes y Oficios (hoy en día Academia Bezalel de Artes y Diseño), se pueden visitar diversas exposiciones de arte contemporáneo.
El Museo de Israel, situado en Jerusalén, es el más importante del país. Cuenta con unos atractivos fondos permanentes y realiza exposiciones temporales continuamente. Dentro de sus instalaciones se puede visitar: el Museo Betzalel de Bellas Artes, Judaica y Etnografía; un ala arqueológica, con objetos desde los tiempos prehistóricos hasta el siglo XV; un jardín de esculturas; el Santuario del Libro; un espacio para jóvenes con un extenso programa educacional; el Museo Rockefeller y el Centro de Arte Paley.
Jerusalén, dividida durante la Guerra de Independencia de 1948, se reunificó en junio de 1967. Este año se cumple el 50º aniversario de la liberación de la ciudad, que sin duda marcó un hecho transcendental en la historia de Israel y los cuatro mil años de historia del pueblo judío.
El muro, que una vez separó la ciudad en dos, ya no existe y aunque los controles de seguridad son habituales Jerusalén invita a moverse libremente de una punta a otra a pie, en bicicleta o en automóvil.
Datos de Jerusalén que debes saber:
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