Cada uno de nuestros valientes hombres y mujeres tenía una familia, amigos, esperanzas y sueños que nunca se harán realidad
Danny Danon*
Todos los años, en Yom Hazicarón (Día del Recuerdo), visito la tumba de mi difunto padre, Yosef Danon. Mi padre es uno de los más de 23.000 que dieron su vida para que podamos vivir en paz y seguridad en la Tierra de Israel.
Detrás de cada uno de nuestros soldados caídos hay una historia que podría llenar estanterías enteras. Cada uno de nuestros valientes hombres y mujeres tenía una familia, amigos, esperanzas y sueños que nunca se harán realidad.
Mi padre, Yosef, nació en Alejandría, Egipto, hijo mayor de una familia de nueve. Emigró a Israel a la edad de 10 años con toda su familia. Llegaron sin un centavo, dejando la totalidad de sus pertenencias en Egipto, ya que estaba prohibido sacar nada del país.
A pesar de la escasez y austeridad del campo de tránsito donde creció, sintió una profunda conexión con la Tierra de Israel. Con los años, mi padre llegó a conocer todos los senderos y todos los pueblos. Se convirtió en uno de los mejores navegantes que las Fuerzas de Defensa de Israel hayan tenido en sus filas.
Durante uno de sus períodos de servicio de reserva en el Valle del Jordán, sufrió una grave lesión en la cabeza durante una batalla con terroristas que se habían infiltrado en Israel. Luchó con sus heridas durante muchos dolorosos años, hasta que finalmente lo llevaron a la muerte.
A pesar de las penurias que sufrió, mi padre se mantuvo optimista y, para nuestro asombro, más aún después de sus graves heridas. Aceptó todos los desafíos que la vida le lanzó, y nunca se rindió. Debido a su carácter único y sus experiencias de vida, decidimos grabar en su lápida la inscripción «Luchó toda su vida». Ese es nuestro testimonio a su infinita resistencia y optimismo.
El destino dispuso que el aniversario de la muerte de mi padre coincida con Yom Hazicarón. Cada año siento que mi recuerdo personal y nacional se entrelazan. Mientras acompaño a mi madre a la tumba de mi padre con familiares y amigos, los jóvenes soldados se preparan para la ceremonia de Estado en el cementerio Kiryat Shaúl en Tel Aviv. Mientras pronunciamos una oración silenciosa por mi padre, ellos encienden miles de velas conmemorativas por los soldados que desinteresadamente dieron sus vidas por nuestro Estado.
El año pasado, debido al coronavirus, no pude visitar la tumba de mi padre. Este año volveré una vez más, con familiares cercanos y amigos que contarán historias sobre el valor, la determinación y el sentido del humor de mi padre. Mi apetito por esas historias es ilimitado.
Nosotros, las familias en duelo, nunca lo olvidamos. Después de un año de pandemia hay un indicio de consuelo al poder visitar personalmente las tumbas, asistir a las ceremonias, unificar nuestros recuerdos, y conectarnos y abrazarnos con el pueblo de Israel.
En este día especial que se estableció en memoria de los soldados caídos de Israel, cada viuda, padre, hermano o hermana en duelo se reunirá con el recuerdo individual de sus seres queridos. También compartiremos los recuerdos colectivos de nuestros hombres y mujeres de Tzáhal que lucharon valientemente y murieron por Israel. Los álbumes de fotos se volverán a abrir, las imágenes se compartirán, y estudiaremos minuciosamente sus cartas de tiempos pasados.
A lo largo de los años hemos desarrollado una capacidad única para permanecer unidos en los momentos más difíciles. Israel, más que cualquier otra nación en el mundo, es increíblemente capaz de comprender el concepto de unión
Como nación que ha sacrificado a nuestros hombres y mujeres en nuestra lucha por proteger a nuestra gente y nuestro país, a lo largo de los años hemos desarrollado una capacidad única para permanecer unidos en los momentos más difíciles. Israel, más que cualquier otra nación en el mundo, es increíblemente capaz de comprender el concepto de unión.
En este día de recuerdo dejamos de lado nuestras diferencias y nos mantenemos juntos, unidos como una sola familia. Lamentamos la insoportable pérdida, y apreciamos a aquellos que dieron su vida por su gente y su patria.
Todos los días, a pesar del vacío permanente en nuestro corazón, nos aseguramos de que la memoria de nuestros seres queridos se inscriba en el presente y el futuro de Israel, tal como está inscrita en el pasado. Su memoria sigue viva. Su contribución nunca será olvidada.
*Ex embajador de Israel ante las Naciones Unidas, ex ministro de Ciencia y Tecnología y ex viceministro de defensa. Actualmente es presidente de Likud Mundial.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción NMI.