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E l 23 de abril, en un marco de solemnidad y circunspección, la comunidad judía de Grecia conmemoró Yom Hashoá con la presencia del presidente del Comité Central de Comunidades Judías Elenas (KISE por sus siglas en griego), la embajadora de Israel en Grecia, Irit Ben Aba, y representantes de todas las comunidades judías de Grecia.
El evento, que tuvo lugar en el Cementerio Judío de Atenas, comenzó con las Elegías (Kinnot) entonadas en judeo-español por Gabriel Negrín, rabino principal de Grecia; a continuación se procedió con el encendido de velas por sobrevivientes o sus familiares, para concluir la parte litúrgica con un profundamente emotivo Jésed Rajamim y el Kadish.
El discurso de orden estuvo a cargo de Katerina Schiná, destacada periodista y escritora griega, quien se ha desempeñado como docente en el Centro Europeo de Traducción y tiene en su haber numerosos premios literarios. Schiná comenzó su alocución agradeciendo el honor de haber sido seleccionada como oradora para tan especial ocasión, aun sin haber experimentado en lo personal o familiar los horrores del Holocausto. Condenó categóricamente el antisemitismo en general, y en particular en Grecia, donde puede manifestarse bien a través de un matiz religioso, por la no aceptación de las diferencias, por ignorancia, por el resentimiento de los inconformes y/o por quienes consideran que todos los males se deben a los judíos.
Se refirió luego al escritor y filósofo Jean Améry (seudónimo de Hans Meyer), nacido en Viena en 1912, quien, por participar en la resistencia antinazi en Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial, fue detenido, atormentado por la Gestapo y enviado sucesivamente a los campos de Auschwitz, Buchenwald y Bergen-Belsen, hasta su liberación en 1945.
Desde Bélgica, donde se estableció tras la guerra, Améry publicó varios escritos en los que quedó plasmada la aterradora experiencia vivida por su condición de judío, a pesar de que su madre era católica. En su libro Más allá de la culpa y la expiación hablaba del error de no haber previsto desde 1933 lo que sucedería más adelante en Europa, y consideraba que “no actuar en aquellos días era tan criminal como el propio crimen”. Opinaba, además, que no se debe perdonar lo ocurrido y que “el perdón y el olvido forzados mediante presión social son inmorales”. Améry se suicidó en 1976 con una sobredosis de barbitúricos, en lo que en su libro Levantar la mano sobre uno mismo llamó “muerte voluntaria”.
Katerina Schiná continuó su discurso haciendo énfasis en los traumas dejados por el Holocausto, e insistió en la necesidad de que se informe sobre lo ocurrido a las nuevas generaciones. Concluyó alertando sobre el peligro que el antisemitismo representa no solo para los judíos, sino para toda la humanidad.
El acto culminó con un “Nunca más” pronunciado de pie por toda la audiencia.
“En los días en los cuales conmemoramos Yom Hashoá, en recuerdo de nuestros seis millones de judíos asesinados por la maquinaria nazi, recibimos la extraña (o no tan extraña) noticia del otorgamiento del Premio Gandhi de la Paz al fundador del BDS, Omar Barghouti, por parte de la Universidad de Yale”.
Léalo en Hatzad Hashení: http://bit.ly/2pt7PCm
“Su nombre es Mahdi Satri, es un árabe israelí de religión musulmana que está muy orgulloso de pertenecer al pueblo de Israel. Los árabes israelíes de cualquier religión, musulmanes o cristianos, tienen igualdad de derechos en Israel y menos obligaciones. Este mensaje lo grabo para ti, que no conoces la realidad de Israel simplemente porque no vives allí…”
Véalo en Hatzad Hashení: http://bit.ly/2oUIW3Z