Tras meses de preparación, 20 niños y jóvenes presentaron el examen para el pase de cinta de kárate.
E l 23 de mayo se realizó el tradicional pase de cinta de los alumnos de kárate pertenecientes a Hebraica, en el que 20 niños y jóvenes presentaron un examen estructurado en tres partes: Kihon (desarrollo de técnicas básicas de defensas, ataques y patadas), Kumite (combate) y por último Kata (forma), técnicas que varían según el grado o color de la cinta.
Los deportistas Alejandro López, Daniel Cohen, Samuel Hirschhaut, Joel Finckler, Zevi Drach, Michel Benarroch, Jonathan Gross, Galiana Ravachi, Samuel Hassan, Alex Sarshalom, Alan Aserraf, Yoel Bentolila, Daniel Aguilar, Enmanuel Choukroun, Daniela Guahnich, Alexandra Guahnich y Daniel Falcón mostraron sus avances y habilidades en el Dojo de Hebraica, obteniendo excelentes resultados.
Asimismo, los sempai Rosalyn Weinninger, Kolman Puterman y Jonathan Sarli, de cinturón negro, estuvieron apoyando como asistentes en las clases, rol que se han ganado con el paso de los años.
El kárate en Hebraica inicia en los años 80 con el sensei Carlos Castro, quien permaneció hasta finales de esa década; posteriormente hubo un receso, y es en 1991 cuando Yannis Venizelos se incorporó a la institución, luego de haber impartido clases durante dos años en el Colegio Moral y Luces de San Bernardino.
De acuerdo con Venizelos, los niños pueden comenzar a practicar este deporte a partir de los 4 años de edad: “Yo diría que existen cuatro buenas razones que favorecen el desarrollo de sus destrezas físicas, sicológicas y sociales, como: concentración (capacidad de centrarse y concentrarse); respeto y educación hacia los demás, lo que los hace mejores personas; refuerzo de las normas de cortesía y urbanidad; además del trabajo en la confianza y seguridad en sí mismos”.
En cuanto a la condición física, explicó que los deportistas pueden desarrollar sus cualidades motrices: elasticidad y flexibilidad, fuerza, velocidad de reacción, equilibrio, resistencia, lateralidad y orientación espacial, además de fortalecer la estructura ósea y muscular, mejorar la capacidad cardio-respiratoria, así como agudizar los sentidos, mejorar la postura, y descargar la energía y tensión acumulada.
De acuerdo con Venizelos, el pase de cinta se traduce en la adquisición del conocimiento necesario del deportista según la etapa individual en la que se encuentre. En el caso del estilo de kárate en la institución (Shotokan), se cuentan con al menos 10 grados de cintas (Kyu) para llegar a cinturón negro.
“El tiempo estipulado para pasar de cinta varía dependiendo de distintos factores, pero hablamos de aproximadamente 6 meses para cintas principiantes. Ese tiempo puede ser más largo o corto, y está definido por sus propios logros y avances. En el caso de Hebraica, llevamos una programación regida por la Japan Karate Association (JKA), la cual está representada en Venezuela por la Asociación de Kárate Mukin Shori”, expresó el sensei.
Para este evento, donde además participa toda la familia con su apoyo, los alumnos se prepararon con mucha disciplina desde hace un año, y otros desde hace meses, dependiendo del grado a pasar.
“Con el kárate los niños aprenden valores como el respeto, cortesía, rectitud, lealtad, humildad, honradez, perseverancia, afán de superación, tolerancia y rechazo de cualquier manifestación violenta. Es por ello que el kárate es más que un deporte”, dijo el sensei Venizelos.
Fuente: Daphne Breuer de Jagerman. Gerencia de Comunicaciones e Información del CSCD Hebraica.
Con información del sensei Yannis Venizelos, de Hebraica.