Aun cuando solo estuve 11 días en Buenos Aires para cumplir diversos compromisos en nombre de la comunidad judía de Venezuela, no hay nada mejor que sentirse de nuevo en casa, con tu rutina y quehaceres diarios.
Llego cargado de una serie de experiencias importantes para enriquecer la labor que hacemos en Venezuela en el diálogo interreligioso, en el encuentro entre las instituciones que forman nuestra comunidad, para fortalecer las herramientas de cada una de ellas, para el logro de los objetivos propuestos, que buscan satisfacer las necesidades materiales y espirituales de las que se nutre y crece el ser humano.
El Congreso Judío Mundial y la Liga Mundial Islámica, a través de la impecable organización del Congreso Judío Latinoamericano, nos convocaron a formar parte, de la primera reunión de líderes musulmanes y judíos en Buenos Aires, quienes representaron a 12 países de nuestra región, con la asistencia de dos mujeres, Aman Alasmari y Maram Alkharboosh, esta última directora de alianzas de la Liga Mundial Islámica, que vinieron desde Arabia Saudita. También estuvo el imán Emerson Bukele, hermano de Nayib, presidente de El Salvador.
Además de las exposiciones de rigor, donde cada uno de nosotros intercambiamos las experiencias del diálogo entre las diferentes confesiones religiosas que hacen vida en los países de la región, aun cuando centrados en esta oportunidad entre judíos y musulmanes, hicimos grupos de trabajo, con ejercicios que buscaban crear vínculos del conocimiento del otro, tan importantes para escalar en las diferentes instancias que consoliden un marco político que trascienda hacia el resto de la sociedad, borrando o minimizando la creencia trasmitida por los medios, de una confrontación milenaria e irresoluble entre judíos y musulmanes o pueblos árabes, ya que como sabemos ser musulmán implica la creencia en una fe, el Islam, mientras que ser árabe implica hablar en esa lengua dentro del mismo origen étnico. Es decir, hay países que no son árabes, como por ejemplo Indonesia, que es el país con mayor población musulmana del mundo; inclusive Irán y Turquía son países en donde su inmensa mayoría es musulmana pero no son árabes porque no lo hablan, en el primero se habla farsi por ser un país persa y en el segundo se habla turco.
Volviendo a nuestra reunión en Buenos Aires con los líderes musulmanes y judíos, puedo decir que me han sorprendido gratamente las buenas prácticas que hay en diferentes países entre ambas comunidades, sobre todo en Argentina, donde hay vínculos estrechos de amistad y fraternidad consolidados por años de encuentros, reuniones y comidas, inclusive entre las familias.
Aun cuando en Venezuela la CAIV ha iniciado con el mundo cristiano, católico y musulmán un acercamiento importante, con actividades realizadas en los distintos espacios religiosos de cada fe, reconozco que estamos muy lejos de las relaciones cercanas que se producen entre las comunidades religiosas alrededor de nuestro continente.
Una vez culminado este encuentro, nos dispusimos a participar en varias reuniones que buscan ampliar nuestra experiencia comunitaria en varios campos, y por supuesto haciendo alianzas y redoblando nuestro compromiso por una sociedad más empática, más fraterna, es decir, menos indiferente hacia el otro, bien sea un individuo, comunidad o país.
Culminamos nuestro viaje haciéndonos parte de la conmemoración del 29 aniversario del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), donde parados todos los presentes en la calle Pasteur 633, oímos a las 9:53 de la mañana el toque de la sirena que nos señalaba la trágica hora de aquella terrible tragedia que dejó 85 víctimas fatales y más de 300 heridos, no habiendo sido detenidos hasta la fecha los perpetradores de tan dantesco acto, sindicados y plenamente identificados con alerta roja de Interpol, miembros del movimiento terrorista Hezbolá, cuya participación quedó ampliamente demostrada por el fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, quien también fue asesinado justo antes de rendir declaración ante el Congreso argentino donde expondría todos los avances de la investigación.
La comunidad judía argentina, conjuntamente con todas las comunidades judías de América Latina y el mundo, seguiremos exigiendo justicia hasta que los responsables sean detenidos y enjuiciados por este crimen de lesa humanidad
Explicaba el presidente de la AMIA, Amos Linetzky, en un discurso memorable ante todos los presentes en la calle Pasteur 633, que aún hoy hay más incertidumbres que certezas sobre este atentado, pero refiriéndose a cómo fue el proceso de preparación, cómo y por dónde entraron los 300 kilos de explosivos, el carro utilizado que había sido sacado de la lista de vehículos en circulación por un incendio y vuelto a incorporar a esa lista. En fin, son muchas lagunas y grises todavía.
La comunidad judía argentina, conjuntamente con todas las comunidades judías de América Latina y el mundo, seguiremos exigiendo justicia hasta que los responsables sean detenidos y enjuiciados por este crimen de lesa humanidad.
Culminamos nuestra estadía en suelo argentino más fortalecidos, para seguir la ruta del encuentro, del abrazo sincero, porque el diálogo no tiene sentido sino con el reconocimiento del otro. Hagamos de este mundo algo mejor que el que tuvimos ayer, y si Dios lo permite, que el mañana sea mejor que el día de hoy.