Goldberg padece de una visión distorsionada de la raza, que está fuertemente influenciada por la cultura woke que se ha apoderado del discurso en EEUU y otros países occidentales
Editorial de The Jerusalem Post
Una de las principales lecciones del asunto Whoopi Goldberg es que el hecho de que alguien sea un actor o un presentador de TV exitoso no significa que sepa algo sobre historia.
La otra lección es que lo que está pasando hoy en Estados Unidos debería preocupar al mundo entero, y especialmente al pueblo judío.
Como probablemente la mayoría de los judíos de todo el mundo ya saben, la galardonada actriz Goldberg dijo en el programa de entrevistas The View que el Holocausto «no fue un asunto racial», sino muestra de «la inhumanidad del hombre hacia el hombre», y que involucró a «dos grupos blancos de personas».
Los comentarios se viralizaron y generaron gran revuelo. Goldberg se disculpó, y la cadena ABC la suspendió durante dos semanas “para que se tome un tiempo para reflexionar y aprender sobre el impacto de sus comentarios”, según el presidente de ABC News, Kim Godwin.
Goldberg está equivocada en varios aspectos. Primero, el Holocausto sí fue un asunto racial. Hitler consideraba a los judíos como una “raza inferior” a la llamada “nación aria alemana pura”, y trató de exterminarlos. La propaganda nazi enseñaba formas de identificar a los judíos, usando rasgos físicos que supuestamente un alemán real podría usar para señalarlos.
Foto: Twitter
El otro error de Goldberg es asumir que los judíos son “personas blancas”. Como sabe cualquiera que viva en Israel, un país que cuenta con más de siete millones de judíos, el pueblo judío muestra una variedad de colores. Hay judíos blancos de ascendencia europea asquenazí, judíos negros de ascendencia etíope y africana, y judíos mizrajíes y de ascendencia sefardí del Medio Oriente. Categorizar a los judíos como si tuvieran un color uniforme e ignorar la existencia de otras etnias entre ellos es racismo en sí mismo, pero dejemos ese tema para otro momento.
No creemos que Goldberg sea antisemita como los nazis en Alemania o los grupos de extrema derecha que marcharon en Charlottesville. Tampoco niega el Holocausto, como hacen los ultranacionalistas en EEUU y Europa. Pero como muchas personas en Estados Unidos hoy, Goldberg está tratando de encajar a los judíos en categorías raciales convenientes.
“Es una ideología que trata de convertir a los judíos en personas blancas, que trata de borrar la vulnerabilidad y la opresión judías, de encajar a los judíos que tienen la piel clara en las modernas categorías raciales estadounidenses, y que también categoriza miopemente el odio contra ellos en las consideraciones estadounidenses de cómo se ve el racismo”, escribió elocuentemente Daniella Greenbaum, ex productora de The View, en The Washington Post.
Como señala Greenbaum, Goldberg sufre de una visión distorsionada de la raza, que está fuertemente influenciada por la cultura woke que se ha apoderado del discurso en EEUU y otros países occidentales.
Al menospreciar el Holocausto, lo que Goldberg ha hecho es intentar crear una división clara entre blancos y negros. Si eres blanco, eres privilegiado. Si eres negro, no lo eres
Tomemos, por ejemplo, lo que le sucedió al profesor Ilya Shapiro de la Universidad de Georgetown. Después de que el presidente Joe Biden dijera que nominaría a una mujer negra para reemplazar al juez de la Corte Suprema Stephen Breyer, Shapiro tuiteó que Sri Srinivasan, juez principal de la Corte de Apelaciones de EEUU en el Circuito del Distrito de Columbia, designado por Barack Obama, sería una mejor elección. Agregó que Srinivasan es un “progresista sólido”. Luego agregó: “Pero, por desgracia, no encaja en la última jerarquía de la interseccionalidad, por lo que obtendremos una mujer negra de menor aptitud”.
Shapiro reconoció el peligro al que lo exponía ese tuit, lo eliminó y se disculpó. Sin embargo, la Universidad de Georgetown lo despidió de su nuevo cargo como director ejecutivo del Centro para la Constitución, parte de la facultad de Derecho.
¿Shapiro es racista? Ese sería un argumento difícil de defender, teniendo en cuenta que Srinivasan, el candidato que propuso, es un estadounidense nacido en India que durante mucho tiempo ha sido considerado candidato a la Corte Suprema. ¿Su crimen? Cuestionar el nombramiento de una persona cuando sus calificaciones son ante todo su género y color.
Shapiro podría haber tuiteado en términos más elocuentes, pero lo que escribió no lo convierte en racista. Sin embargo, tuits como ese no están permitidos en Estados Unidos hoy en día; y tampoco los comentarios de Goldberg.
Al menospreciar el Holocausto, lo que Goldberg ha hecho es intentar crear una división clara entre blancos y negros. Si eres blanco, eres privilegiado. Si eres negro, no lo eres.
La declaración de Goldberg puede indicar el rediseño de la historia y el discurso en Estados Unidos, y eso es muy preocupante.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.