La organización United Hatzalah opera en las regiones más afectadas por el terremoto, que aún no habían recibido atención médica
Desde el pasado domingo por la mañana, la misión de socorro en casos de desastre de United Hatzalah está operando en Marruecos. El primer objetivo del equipo fue evaluar las necesidades del pueblo marroquí, y coordinar esfuerzos con el gobierno local y los líderes comunitarios para determinar la mejor manera de ayudar tras el terremoto del viernes 8 de septiembre.
Después de evaluar dónde se podrían utilizar mejor los esfuerzos de la organización, se tomó la decisión de abrir clínicas temporales en aldeas de las montañas del Atlas que aún no han podido recibir atención médica ni ayuda humanitaria. «Nuestra misión hasta ahora ha sido un éxito, gracias a la coordinación que tuvimos con las autoridades aquí en Marruecos», explica el subdirector de Operaciones de Emergencia, Linor Attias. “Como resultado de esa coordinación hemos identificado las zonas que aún no han recibido respuesta médica y hacia allá vamos. Quiero agradecer a todos los que estuvieron involucrados para ayudarnos a que esto sucediera”.
A primera hora de la tarde del jueves, el equipo había instalado dos clínicas en diferentes pueblos de las montaña del Atlas para tratar a los heridos y enfermos. Todavía hay muchas aldeas en lo profundo de las montañas que no han recibido ninguna ayuda médica o humanitaria, aunque en numerosos lugares los equipos de búsqueda y rescate están ocupados tratando de rescatar a los sobrevivientes de entre los escombros.
Una mujer agradecida por la atención que presta la organización médica humanitaria israelí Hatzalah en Marruecos
(Foto: Enlace Judío)
«Elegimos aldeas específicas para establecer nuestras clínicas en coordinación con los líderes locales, explica Attias. «Estamos llegando a ser un multiplicador de fuerzas para los servicios locales y ayudar donde la gente aún no ha recibido ayuda ni atención médica».
El equipo está compuesto por voluntarios musulmanes y judíos; incluye dos médicos y una docena de técnicos de emergencias médicas y paramédicos, varios de los cuales hablan árabe y francés. Tres de los voluntarios también forman parte de la Unidad de Respuesta a Crisis y Sicotrauma de Hatzalah, y brindarán primeros auxilios sicológicos y estabilización cuando sea necesario. Otros tres voluntarios tienen experiencia en operaciones de búsqueda y rescate, incluido un bombero y un miembro de los equipos de búsqueda y rescate de Israel.
«Nuestro principal objetivo ahora es brindar atención médica y ayuda humanitaria, pero elegimos un equipo diverso con experiencia en muchas áreas para poder responder a cualquier situación que surja», dice el comandante de la misión, Yossi Amar. «Nuestros voluntarios son un grupo diverso, y estamos utilizando esa diversidad para poder ayudar mejor al pueblo marroquí y hablarles en su propio idioma respetando su cultura y tradiciones».
Para uno de los voluntarios del grupo, Sivan Menajem, la misión es personal. “Viví en Marruecos durante muchos años, y mis padres todavía están allí”, explica. “Afortunadamente no resultaron heridos por el terremoto, pero sí muchas familias, y yo estoy aquí para ayudarlos”.
Sivan, quien vive en la pequeña ciudad de Ganéi Yohanan, en las afueras de Mazkeret Batya, abandonó todos sus planes para el futuro previsible una vez que se enteró de la misión a Marruecos. «Esto era algo que sabía que tenía que hacer», afirma.
«Hemos recibido la bendición del gobierno local para operar aquí y brindar atención médica a los necesitados», comenta Amar. “Se ha informado a los vecinos que estamos aquí, y que quien necesite atención médica puede acudir a nosotros. En el pueblo de Imi N’Tala, donde abrimos nuestra primera clínica hoy, hemos tratado hasta ahora a decenas de personas por esguinces, fracturas, deshidratación, enfermedades que requieren antibióticos, fiebre y muchas otras afecciones. Estamos coordinando con los equipos de ambulancias locales y otros socorristas en el campo, y tratándolos también cuando es necesario”.
Fuente: Arutz Sheva (israelnationalnews.com).
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.