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David Chocrón
moredavidchocron@gmail.com
R abí Najmán de Breslev nos explica que mediante la melodía sagrada la persona realza y eleva al Reino de Santidad y merece una posición de autoridad. También sucede lo opuesto: los que ofician como cantores y cantantes del Otro Lado (las fuerzas de la impureza) dañan el Reinado de Santidad y prolongan el exilio del Pueblo de Israel. Debido a ellos, la gente tropieza y queda atrapada como pájaros en una red.
Por lo tanto, es necesario ser muy cuidadoso y no escuchar las canciones de un cantante del Otro Lado, que no canta en absoluto en aras del Cielo sino más bien por dinero, honor o vanidad. Escuchar el canto de tal persona es nocivo para el servicio a Dios. Por otro lado, oír el canto de una persona recta y digna es bueno para el servicio a Dios.
Estudiar el Talmud por la noche es el remedio que permite que la voz de la canción del Otro Lado no dañe a la persona, quien recibe un hilo de bondad protector y recibe el auxilio de los pensamientos que la llevan a buscar motivos ulteriores en el estudio de Torá.
Por medio de la canción sagrada es posible alcanzar algo en el aspecto de la profecía.
Cuando la persona rectifica la voz de la canción y alcanza el gobierno y el dominio, entonces es capaz de regir sobre lo que desee. Sin embargo debe ser muy cuidadosa y juzgar a todos de manera favorable, aumentar su ayuda al prójimo y evitar la proliferación de la ignorancia dentro de las comunidades judías. Pues Dios desea la bondad y quiere que el mundo siempre mejore.