Este esfuerzo del Centro Sefarad-Israel, el Instituto Cervantes, el gobierno español y el marroquí, dio sus frutos, y todos nos llevamos a nuestros países la satisfacción de formar parte de un acervo cultural digno, hoy más que nunca, de preservarse
Miriam Harrar de Bierman*
Invitados por el Centro Sefarad-Israel un grupo de judíos sefardíes de todo el mundo acudimos a la VI Cumbre “Erensya” en Marruecos del 22 al 25 de mayo del año en curso. Proveníamos de Bulgaria, Reino Unido, Francia, Turquía, España, Israel, Estados Unidos (Miami, Nueva York, Seattle), Argentina, Brasil, Panamá, México y Venezuela.
El Centro Sefarad-Israel (“Un puente entre España y el mundo judío”, como ellos mismos se definen) es una institución pública española que “profundiza en el estudio del legado de la cultura judía”. Fue fundado en 2006 por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la comunidad autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.
La creación de la plataforma Erensya, desde su comienzo en Bulgaria (septiembre de 2011), alcanzó inmediatamente un gran éxito entre las comunidades sefardíes, debido al interés común de mantenerse unidas por su cultura, su idioma y su amor a España, incólume con el paso de los siglos. A la Cumbre Erensya de Bulgaria sucedieron las de Turquía (2013), España (2015), México (2017) y Seattle (2019).
Los participantes en la Cumbre provinieron de 12 países
Marruecos fue elegido como sede de la VI Cumbre, con sus hermosas ciudades de Casablanca, Tánger, Arcila y Tetuán. En Marruecos hoy no hay casi judíos, pero sí vestigios de unas comunidades sefardíes esplendidas, con el idioma haquetía como principal lengua de comunicación. Los judíos sefardíes de Marruecos emigraron a España, Francia, Israel y también a América Latina. Emigran esas comunidades, pero dejan en sus ciudades de origen siglos de convivencia entre árabes, cristianos y judíos, vestigios que uno puede observar en sinagogas y museos que hoy recuerdan a sus habitantes.
La comunidad judía sefardí venezolana fue producto, en su mayor parte, de la emigración marroquí. Marruecos mantiene hoy relaciones excelentes con España, e incipientes con el Estado de Israel. La ejecución de esta exitosa VI Cumbre Erensya no habría sido posible sin la colaboración del director general del Instituto Cervantes, Luís García Montero, quien ofreció las sedes en Marruecos y las sectoriales de Casablanca, Tánger y Tetuán.
Mohamed Kerbin, José Maria Davo, Jaime Moreno Bau (director general del Centro Sefarad-Israel), Cristina Conde de Beraldingen y Leila Manziana, durante una sesión de la Cumbre en Casablanca
En esos tres Institutos Cervantes fuimos recibidos como amigos, contentos con nuestra presencia, por Cristina Conde de Beroldinger (Casablanca), Javier Rioyo (Tánger) y Francisco Oda (Tetuán). Excelentes anfitriones, sin protocolos innecesarios, como cuando uno recibe a un amigo de siempre con real aprecio. En estos institutos la lengua y la cultura española se respira en el ambiente, con decenas de jóvenes marroquíes en sus salones, leyendo, estudiando, viviendo la cultura española.
A Marruecos nos acompañaron Jaime Moreno Bau, director general del Centro Sefarad-Israel; Esther Bendahan, directora de Cultura; e Israel Doncel, jefe de Relaciones Institucionales. A ellos sin duda se debe el éxito de este encuentro. La agenda fue cuidadosamente elaborada para que, a pesar del poco tiempo de estadía en cada ciudad, nos lleváramos con nosotros parte de su esencia. Nuestro grupo era variado, de edades distintas y dferentes procedencias. Algunos ya nos conocíamos de encuentros anteriores, otros se conocían entre sí, y otros fueron nuevos amigos de esta Cumbre.
Un aspecto del Museo Judío de Casablanca
España estuvo presente en todo este programa en cada ciudad, no solo con los directores del Instituto Cervantes. Se contó con la participación del Consejero Cultural de la Embajada de España en Marruecos, José María Davó, y con Turespaña, Javier Rodríguez Mañas, Cónsul de Turismo en los Ángeles. La Fundación para la Cultura Sefarad y Turismo de Castilla-La Mancha ofreció una hermosa conferencia sobre el legado sefardí en la región, que se conserva en Marruecos hasta hoy, en bordados y artesanía lagarteranos.
El tema central de la Cumbre fue el haquetía como constructor de una identidad y la importancia de su preservación y del idioma judeoespañol. La conferencia inagural fue en el Instituto Cervantes de Casablanca, con el tema “La haquetía y los constructos identitarios mixtos”, a cargo de Mohamed Kenbid, director del Instituto Real de Historia – Academia del Reino de Marruecos, y contó con la presencia del Consejero Cultural de la Embajada de España en Marruecos, José María Davó.
La impresionante mezquita Hassan II en Casablanca
En cada Instituto Cervantes, algunos de los participantes de la Cumbre tomaron la palabra para hablar sobre sus comunidades, sus logros y experiencias. Fue muy instructivo entender que todos los sefardíes estamos unidos por el interés de preservar nuestra lengua, nuestra tradición, nuestra cultura. En Casablanca comenzó este ciclo Abraham Bengio, en Tánger continuaron Rober Bembassat, Raquel Benatar y Doren Alhadeff, y en Tetuán culminaron Bella Clougher, Linda Sixou, Marcel Israel y Mercedes Hayom.
El gobierno de Marruecos recibió a la delegación de Erensya con cenas y almuerzos en palacios propios de las “Mil y una noches”,y con un personal amable, educado que realmente deconstruye la imagen que uno podría tener a priori. Jóvenes mujeres, vestidas al estilo occidental, cultas, agradables, regalos bellísimos a los participantes, atención esmerada y mucha simpatía natural, fue una constante del recibimiento marroquí.
Sinagoga Isaac Bengualid en Tetuán
Jaime, Esther e Israel, con efectividad, combinaron los paseos turísticos con la visita a museos judíos y sinagogas hoy sin feligreses (en Tetuán nos contaron que desde Israel vienen grupos a las sinagogas en la Hilulá de Rabbi Shimon Bar Yohai, el resto del tiempo permanecen cerradas). Fue emocionante, aun para personas no observantes, ver cómo en algunas de estas sinagogas, al constituirse un minián¨, se efectuaba el rezo de la tarde y se rezaba el kadish para familiares fallecidos de algunos de los integrantes de Erensya VI.
En Tetuán pudimos asistir a una mesa redonda sobre “Escribir entre líneas, el judeo español en la literatura española”, con la participación de los escritores Line Anselem, Cynthia Gabbay y Mois Benarroch. Cada una de estas participaciones alcanzó la excelencia. Faltó el tiempo para disfrutarlas plenamente. Todos compartiendo el amor por el lenguaje, la escritura y la lengua como elementos de constitución de identidad.
El enorme cementerio judío de Tetuán
Vimos muchos lugares bellísimos e interesantes como palacios, mezquitas impactantes que pueden albergar a 200.000 personas, museos escondidos en las zonas populares con obras maravillosas, la primera puerta de la Alianza Francesa en África, el enorme cementerio judío reconstruido con donaciones y gracias al trabajo de voluntarios tetuaníes. En Tetuán algunos participantes de Erensya visitaron las tumbas de sus antepasados.
A la parte cultural de este encuentro se unió la experiencia de ver en Casablanca un monólogo presentado por el Consejero de Turismo Javier Rodríguez Mañas, “La vida perra de Juanita Narbone”, interpretado por la actriz Romina Sánchez y dirigido por Manuel Gutiérrez Oregón. La obra presenta un paralelismo entre la decadencia de Juanita, una mujer venida a menos por el deterioro económico, social y de edad, y un Tánger cosmopolita, internacional, moderno, asaltado por la guerra de España, la Segunda Guerra Mundial y las luchas de independencia de Marruecos, que la trasforman en una ciudad esencialmente árabe. Parte de la recreación en Erensya fue también el concierto explicativo de música tradicional sefardí “Sefarad en el corazón de Marruecos”, a cargo de Mara Aranda y Jota Martínez.
Puerta de la primera escuela de la Alianza Israelita Universal en África, situada en Tetuán
Escoger Marruecos fue más que un acierto, fue estrechar los lazos entre España y Marruecos, fue ofrecer a judíos sefardíes vivir su historia, reconocer sus casas, recordar dónde vivían sus familias, dónde estaban sus escuelas o por dónde bajaban a las playas.
Aprendimos en este viaje, y disfrutamos al máximo los largos recorridos en el autobús en los que Lilian y Linda cantaban, Marcelo grababa, Bella me explicaba cómo era el Tánger donde ambas nacimos y que yo no conocía, a la vez que comentaba con Abraham sobre tal o cual lugar, a veces sin ponerse de acuerdo. Cynthia me explicaba en qué consiste su interesante investigación, Line me hablaba de la satisfacción al rescatar con sus alumnos el melodioso haquetía que hablaba su familia. Mientras tanto Israel pasaba lista varias veces, Jaime y Esther atendían las preguntas y observaciones, y el resto se divertía conversando y riéndose con mucho ánimo.
Silla para Brit Milá en el Museo Judío de Tetuán
Erensya VI, me permito pensar, fue una experiencia provechosa para todos los participantes. El esfuerzo de los organizadores, Centro Sefarad-Israel, el Instituto Cervantes, el gobierno español y el marroquí, creo que dio sus frutos, y todos nos llevamos a nuestros países la satisfacción de formar parte de un acervo cultural digno, hoy más que nunca, de preservarse.
*Directora del Instituto Superior de Estudios Judaicos de la Federación Sionista de Venezuela.