Ana Jerozolimski*
Hay quienes no lo soportan. No aguantan ver a Israel, el Estado judío, tan exitoso y elogiado por lo bien que está llevando adelante la vacunación de sus ciudadanos contra el coronavirus. En dos semanas Israel vacunó a cerca del 12% de su población, un logro sin parangón. En forma organizada, sin caos, dejando en evidencia el buen funcionamiento del sistema de salud pública en el que cuatro cajas de seguro médico dan servicio igualitario y absolutamente accesible a todos sus ciudadanos, judíos, árabes, religiosos, laicos, a todo el mosaico israelí. Si esto sigue así y no hay obstáculos imprevistos en el abastecimiento de las vacunas pactado por Israel con las distintas compañías, podría concretarse lo que vaticinó el primer ministro Benjamín Netanyahu: que Israel sea el primer país del mundo en salir de la pandemia.
Pero hay algunos medios de prensa internacionales que optan por escribir de otra cosa. O sea, no pueden evitar mencionar el gran éxito israelí, pero se las arreglan para encontrar algo que lo opaque. Perdón, no “encontrar” sino inventar, mentir y distorsionar para dejar mal a Israel, para demonizarlo.
La agencia noticiosa Associated Press —cuyos reportes son reproducidos ampliamente por numerosos medios mundiales— y el periódico británico The Guardian son dos ejemplos notorios de titulares venenosos que pretenden dar a entender que Israel se preocupa de vacunar a su población pero deja de lado indebidamente a los palestinos.
La nota del portal de noticias de la ONU, donde su enviado especial a la región, Nikolai Mladenov, alababa la cooperación entre Israel y la Autoridad Palestina en el enfrentamiento de la pandemia
(Fuente: ONU)
“A los palestinos se les deja esperando mientras Israel despliega la vacuna contra el Covid-19”, decía el títular de AP. Y el titular del Guardian es peor todavía: “Los palestinos, excluidos de la campaña de vacunación israelí contra el Covid, mientras las inyecciones van a los colonos”.
No tenemos certeza de cuál es aquí el pecado por el que los periodistas responsables merecen nuestra condena: tendenciosidad antiisraelí, o irresponsable falta de seriedad en la forma de trabajar.
Antes de atribuir implícitamente a Israel la responsabilidad por la demora de la vacunación a los palestinos, es bastante sencillo hacer un poco de investigación y ver que, según los acuerdos de Oslo suscritos entre Israel y los palestinos hace ya casi 30 años, la Autoridad Palestina es la responsable por la salud de los habitantes palestinos tanto de Cisjordania como de la Franja de Gaza. Así lo firmaron las partes. Y no está de más señalar que dado que según esos mismos acuerdos Israel es el responsable por la salud de los árabes de Jerusalén Oriental, los está vacunando, aunque en su mayoría son residentes permanentes, no ciudadanos.
Israel no bloquea ni dificulta ninguna campaña de vacunación de los palestinos. La responsabilidad al respecto es de la Autoridad Palestina.
Desde la reanudación de la coordinación civil y de seguridad con la AP, el general Kamil Abu Rukun, coordinador de las Actividades del Gobierno en los Territorios, ha estado exhortando a los palestinos a contactarse con las compañías que desarrollaron vacunas a fin de poder adquirirlas, recurriendo si es necesario a asistencia internacional. Pues en las últimas semanas en la AP han dicho que contactaron con distintas compañías que ya están en proceso avanzado del desarrollo. Sin embargo, aunque se ha publicado que los palestinos recibirían próximamente 4 millones de dosis de Sputnik, la vacuna rusa, no nos consta que la AP ya haya firmado un contrato con alguna empresa.
No tenemos certeza de cuál es aquí el pecado por el que los periodistas responsables merecen nuestra condena: tendenciosidad antiisraelí, o irresponsable falta de seriedad en la forma de trabajar
Por otra parte, la AP ha presentado los documentos requeridos para participar en el programa COVAX de la Organización Mundial de la Salud para vacunar al 20% de su población, tanto de Cisjordania como de la Franja de Gaza, dando prioridad —como suele hacerse— a la gente de edad, a los grupos de riesgo y a los equipos médicos. Las vacunas incluidas en ese marco llegarían a manos de los palestinos en el primer trimestre de este año.
Durante la primera ola de la pandemia, Israel prestó una significativa ayuda activa a los palestinos en la lucha contra el coronavirus. Organizó capacitaciones para personal médico, entregó equipos protectores y kits de testeo, recibiendo inclusive en algunos casos muestras para ser analizadas en laboratorios israelíes. Todo eso quedó interrumpido cuando la Autoridad Palestina, por consideraciones políticas, decidió suspender su cooperación con Israel, lo cual incidió tanto en la seguridad como en la parte médica.
Vale la pena traducir algunos párrafos del comunicado publicado en el mes de marzo (antes de la suspensión palestina) por la página oficial de las Naciones Unidas, organización de la que no se sospecha que sea especialmente pro-israelí. Se refiere al reporte que el enviado especial de la ONU a la región, Nikolai Mladenov, había presentado pocos días antes al cuarteto internacional acerca de la cooperación israelo-palestina contra el coronavirus. “En un comunicado publicado el viernes, la coordinación y cooperación establecida entre Israel y Palestina, en relación a cómo lidiar con Covid-19, fueron descritas como ‘excelentes’. Las autoridades israelíes y palestinas continúan coordinando estrechamente y en forma constructiva sus respuestas, lo cual constituye un factor muy importante en el nivel de contención logrado hasta ahora”, decía la página oficial del organismo mundial.
Y agregaba: “Desde el comienzo de la crisis, Israel ha permitido la entrada de abastecimiento y equipos clave a Gaza. Por ejemplo: hisopos para la recolección de muestras y otros elementos de laboratorio necesarios para los tests de Covid-19, y equipos personales para la protección de los trabajadores de la salud”. Además destacaba “la cooperación de Israel para permitir que trabajadores de la salud y otros funcionarios vinculados a la respuesta al Covid-19 puedan movilizarse hacia y desde Cisjordania y Gaza”.
Durante la primera ola de la pandemia, Israel prestó una significativa ayuda activa a los palestinos en la lucha contra el coronavirus. Organizó capacitaciones para personal médico, entregó equipos protectores y kits de testeo, recibiendo inclusive en algunos casos muestras para ser analizadas en laboratorios israelíes
Aun después de la suspensión de la cooperación con Israel decidida meses atrás por la Autoridad Palestina, y en el ínterin reanudada, Israel coordinó con la comunidad internacional la entrada tanto a Cisjordania como a Gaza de todo lo necesario para lidiar con la pandemia. Así llegaron del exterior desde respiradores hasta kits de testeo necesarios en los últimos meses.
El virus no conoce fronteras físicas ni humanas. Está de más inventarlas con mala intención.
¿Qué tiene que ver todo esto con antisemitismo? ¿Por qué alegamos que los ejemplos dados son una difamación antisemita? Porque se dan perfectamente de la mano con quienes a lo largo de la historia atribuyeron a los judíos la intención de propagar enfermedades. No hay gran diferencia entre eso y dar a entender que el Estado judío intenta impedir que los palestinos puedan vacunarse contra el coronavirus.
*Periodista, directora de Semanario Hebreo (Montevideo) y Semanario Hebreo Jai.
Fuente: Semanario Hebreo Jai.
Versión NMI.