El Estado de Israel ha arribado a tres cuartos de siglo de fructífera existencia, evento festejado por todas las instituciones de nuestra comunidad. Un acto solemne y pleno de significado tuvo lugar el jueves 18 de mayo en la sede de la Unión Israelita de Caracas, organizado conjuntamente por el Instituto Cultural Venezolano-Israelí (ICVI), la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), la Federación Sionista de Venezuela y el Vaad Hakehilot.
El evento contó con la presencia de miembros del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, rabinos y dirigentes comunitarios, miembros de diversas entidades religiosas, académicos, representantes de asociaciones políticas, profesionales, empresariales y gremiales, así como ONGs, medios de comunicación y numerosos integrantes de nuestra kehilá.
El acto se inició con las palabras de Sary Levy Carciente, vicepresidenta del ICVI, quien fungió como maestra de ceremonias: “Hoy con júbilo nos reunimos a celebrar 75 años de aquel viernes 14 de mayo de 1948 en el calendario gregoriano, 5 de Iyar de 5708 según el calendario hebreo, momento en el que David Ben Gurión, desde el Museo de Arte de Tel Aviv, en la calle Dizengoff, leía HaMeguilat Haazmaut, el Acta de Independencia, colmando así el anhelado deseo judío de volver a contar con un Estado en su tierra ancestral”.
Cabe señalar que durante el evento se proyectaron varios videos que destacaron el avance y los aportes culturales, educativos y científicos del Estado de Israel al mundo, así como un mensaje especial para nuestra comunidad de Ronald Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial.
Eduardo Kuperstein, presidente de la UIC, dio la bienvenida a los presentes:
“El Estado de Israel, que apenas cumple 75 años, es el producto del sueño milenario de nuestro pueblo de retronar a nuestro hogar ancestral. A pesar de que ha habido una continua presencia judía en la tierra de Israel a lo largo de los milenios, el anhelo de retornar a Israel ha sido un pilar de la vida comunitaria judía desde que los romanos colonizaron violentamente nuestra tierra y enviaron a los judíos al exilio hace dos mil años. Esa conexión entre los judíos y la tierra prometida, y la esperanza de repatriación, está profundamente arraigada en la oración, el ritual, la literatura y la cultura judías. Ese sueño, plasmado en nuestras plegarias con nuestro tradicional HaShaná Habaá VeYerushalim, se materializó el 5 de Iyar, 14 de mayo de 1948. Es decir, se cumplieron más 2000 años de esperanza de retornar a nuestra tierra luego de la destrucción del segundo templo, y ahora 75 de haberse convertido en realidad. Celebramos un milagro político, social y económico. Inclusive hay algunos que dicen que es el logro político más asombroso del siglo XX.
(…) “Voy a cerrar mi intervención con una cita de David Ben Gurión, el primer primer ministro del Estado de Israel: ‘Un judío que no cree en milagros no es realista’”.
Debido a que el presidente del ICVI, Freddy Malpica, no pudo asistir, delegó la lectura de su mensaje en David Bachenheimer, secretario de la institución:
“La gesta del pueblo judío ha sido única en la historia de la humanidad: su presencia milenaria e ininterrumpida en las tierras bíblicas, sus éxodos forzados por invasores del este y oeste que obligaron al pueblo judío a dispersarse por el mundo, su decisión de crear el Estado de Israel dentro de la visión sionista de Teodoro Herzl, su resistencia ante la implacable persecución nazi que condujo al holocausto y a la muerte de seis millones de judíos, son testimonios que demuestran la fortaleza del espíritu de sobrevivencia del pueblo judío, y su identificación con su hogar nacional en las tierras bíblicas.
(…) “Siendo Israel un país pequeño que carece de recursos naturales, que debe velar día a día por la defensa y seguridad de sus habitantes, ha logrado alcanzar un alto grado de desarrollo social, económico y educativo que lo ubica a nivel de Japón, EEUU y Corea del Sur, de acuerdo con el más reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“Israel no es solamente un lugar mítico objeto de una promesa divina: es el lugar donde el pueblo judío nació y se formó, donde tiene raíces históricas concretas, del cual es autóctono”
Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela
(…) “La clave de este alto nivel de desarrollo está en la calidad de la educación superior en Israel, cuyo desempeño está entre los primeros del mundo, y en la alta inversión en educación y promoción de la ciencia y la tecnología. En la actualidad Israel invierte el 4,95 % de su Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo, que de acuerdo al Banco Mundial es la tasa más alta a nivel mundial.
(…) “El Instituto Cultural Venezolano Israelí, con el apoyo incondicional de la comunidad judía de Venezuela, ha promovido durante 67 años la vinculación permanente entre Israel y Venezuela a través de intercambios académicos, tecnológicos y culturales. Sus programas de esclarecimiento, especialmente dirigidos a la juventud venezolana, han ofrecido un espacio plural para debatir la situación del Medio Oriente desde los puntos de vista geopolítico, económico, cultural y religioso, y de esa forma responder a las campañas antisemitas y antisionistas que se generan a nivel internacional y en nuestro propio país.
(…) “Octavio Paz, el celebrado premio nobel mexicano, eleva el concepto de Israel cuando sentencia: “Israel no nos ofrece una idea, sino algo mejor, más vivo y más real: un ejemplo”.
El orador de orden fue el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Caracas, quien entre otras consideraciones manifestó:
“He venido con gusto, altamente honrado y agradecido por la invitación de ustedes, a compartir del 75º aniversario de la creación del Estado de Israel, acontecimiento que dio al pueblo de Abraham y Moisés respuesta a sus más caros anhelos.
“Un pueblo con cuatro milenios de historia, una tradición de profundas raíces, que se renueva día a día con nuevos tallos, flores y frutos, una religiosidad inalterable, y una cultura de libertad y progreso constante, fenómeno histórico, socio-religioso, y un testimonio de valor humano que es, desde todo punto de vista, admirable.
(…) “El nacimiento del Estado de Israel ha sido considerado históricamente un verdadero milagro político. Había razones e intereses en pro y en contra. Pero se impuso como razón principal el criterio humanitario de que a todo pueblo o nación le asiste en derecho de tener un territorio propio, legítimamente reconocido por las demás naciones, para lograr la concreción geográfica e histórica de su identidad específica, y alcanzar su pleno y más amplio desarrollo en libertad, justicia y paz.
“Hasta 1948 Israel había sido, sin duda, el pueblo más excluido y perseguido de la tierra. Ya desde tiempos muy remotos, cuando apenas Israel había aparecido en el escenario de la historia, los grandes imperios de Egipto y Asiria lo convirtieron en su juguete y, como a una pelotica de ping-pong, una vez lo golpeaba la raqueta egipcia y otra la asiria.
(…) “Para el que cree que la historia no se ha acabado y, aún más, en la meta-historia, los acontecimientos históricos, a pesar de las marchas y contramarchas, no se repiten exactamente. De ahí que la vida actual de Israel siga siendo dura, no solo porque falten las codornices del desierto, sino por la controversia ideológico-cultural interna, y el contexto bélico vecinal de profundas raíces históricas y sociales, y el de las grandes potencias que se disputan el control del mundo.
(…) “El pluralismo constitucional religioso de Israel ha permitido la relación fundamentalmente respetuosa entre las diversas confesiones religiosas y los gobiernos de turno, y en particular, la apertura de relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano desde 1994, lo que significó un mutuo reconocimiento. Con anterioridad a este paso diplomático, la actitud de ambos Estados era de distancia y cierto recelo. En ese ambiente, el papa San Pablo VI visitó casi de incógnito Nazaret en 1964. Después del establecimiento de relaciones, los tres últimos papas han visitado oficialmente a Israel. La más memorable de estas peregrinaciones sea quizás la de San Juan Pablo II en el año 2000. El gabinete ejecutivo casi en pleno lo recibió en el aeropuerto ben Gurión de Tel Aviv. Un 60% de la población opinó favorablemente sobre la visita del ‘peregrino de la paz’. Tres niños, uno judío, uno musulmán y uno cristiano, fueron quienes alzaron hasta sus labios una fuente para que pudiera besar, como era su costumbre, tierra israelí. Se subrayó, de esta forma, la importancia de que haya una convivencia pacífica entre las tres grandes religiones monoteístas en este rincón del mundo que es llamado ‘santo’, pero en el cual aún reinan el odio y la guerra.
(…) “En nombre de la Arquidiócesis de Caracas comparto esta celebración de memoria y gratitud a los hombres y mujeres del pueblo judío, intelectuales, mártires, soldados y víctimas, que durante más de un siglo se jugaron la vida apostando por la creación de un Estado libre, autónomo, democrático, orientado hacia el desarrollo integral de sus ciudadanos y hacia la búsqueda de soluciones a los conflictos internos y externos que obstaculizan el progreso y acortan la vida en paz”.
El embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal, dirigió un emocionado mensaje a la audiencia:
“Quisiera decirles que es una gran emoción para mí haber sido elegido como ponente, en nombre del cuerpo diplomático, con ocasión de los 75 años de la independencia del Estado de Israel. Estoy consciente del honor y de la responsabilidad que conlleva esta designación. Y al mismo tiempo expreso el deseo de que algún día podamos de nuevo escuchar aquí en Caracas el discurso de un embajador israelí en la recepción de Yom Haatzmaut.
(…) “A diferencia de lo que algunos pretenden, Israel no fue una ‘indemnización’ dada por los europeos a los judíos a razón de las atrocidades de los años anteriores. Más bien, Israel fue la culminación de una aspiración y de una acción muy anteriores a esto, y la Shoá nada más comprobó la importancia vital de este proyecto. La aspiración era la esperanza de 2000 años mantenida viva por los judíos a pesar de su dispersión por toda la tierra –—hatikva bat shnot alpaim— de la cual habla el himno nacional israelí. Ningún exilio, ninguna prueba pudieron arrancar el recuerdo de la Tierra Prometida del corazón del pueblo judío.
“El pluralismo constitucional religioso de Israel ha permitido la relación fundamentalmente respetuosa entre las diversas confesiones religiosas y los gobiernos de turno, y en particular, la apertura de relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano desde 1994, lo que significó un mutuo reconocimiento”
Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Caracas
(…) “Pero Israel no es solamente un lugar mítico objeto de una promesa divina: es el lugar donde el pueblo judío nació y se formó, donde tiene raíces históricas concretas, del cual es autóctono. La acción a la cual me refiero es la que emprendieron desde el siglo XIX las mujeres y los hombres del movimiento sionista. Aspirar a que se cumpla una promesa milenaria es una cosa. Otra fue decir, como lo hizo Theodor Herzl, ‘Si ustedes lo quieren, no será una leyenda’. Imagínense la valentía de esos miles de judíos, que en vez de solamente ‘mirar hacia Sión’ decidieron tomar su destino en sus manos, mudarse a lo que era el Imperio Otomano, cultivar una tierra poco hospitalaria y resucitar el idioma hebreo.
(…) “Sabemos cuántas amenazas el Estado de Israel tuvo que enfrentar en estos 75 años, desde su primer día de existencia. Pero el Israel de 2023 no es el Israel de 1948: hoy se trata de una potencia económica y militar, que logró normalizar las relaciones con gran parte de sus vecinos. Está en una posición que le permite seguir adelante en el camino de la paz. En Israel como en Venezuela, la negociación es hoy la única vía para lograr una resolución pacífica de las crisis. Por esta razón, Francia y toda la comunidad internacional siguen alentando a los israelíes y a los palestinos a que se abstengan de medidas unilaterales, y a que retomen el camino del diálogo, para reducir las tensiones y lograr una solución con dos Estados viviendo en paz y seguridad uno al lado del otro. Es nuestro gran deseo para el bien de Israel, de los palestinos y para todos los habitantes de la región, y siempre estaremos a su lado en esta difícil tarea”.
El rabino Eitan Weisman, de la Unión Israelita de Caracas, extendió su bendición a los presentes, a la comunidad y a Venezuela, recordando que es esa fecha se celebraba Yom Yerushalaim, el 56 aniversario de la reunificación de Jerusalén como capital eterna e indivisible del Estado de Israel y el pueblo judío.
El evento culminó con una muy aplaudida actuación del afamado músico, compositor y productor Huáscar Barradas, quien junto a su grupo interpretó a la flauta varios temas venezolanos e israelíes, intercalados con recuerdos de su infancia y adolescencia en el Colegio Hebreo Bilú de Maracaibo.
S.R.
Fotos: José Esparragoza