Ana Jerozolimski*
En una Knesset solitaria, Netanyahu y Gantz juran frente al presidente Rivlin y Yuli Edelstein.
(Foto: GPO)
Se sabía de antemano, de acuerdo a los tiempos estipulados por la ley, que este lunes sería el día de juramento de la Knesset electa el 2 de marzo, la 23ª desde la fundación de Israel. Lo que no se sabía era que el país estaría inmerso en la crisis del Coronavirus, que incide en todas las esferas de la vida, también la parlamentaria.
La Knesset fue desinfectada en forma detallada un día antes de la reunión.
Un técnico desinfecta la sala de la Knesset. (Foto: Prensa Knesset)
Debido a esta situación y las instrucciones que limitan reuniones de más de 10 personas, se determinó que la sesión sería sin público ni invitados, y que la única persona que estaría presente en la galería destinada al público sería la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Esther Hayut.
El presidente Reuven Rivlin llegó acompañado del ceremonial de rutina, con las motos de la policía escoltando su automóvil oficial, pero al bajar junto a la entrada adornada con la puerta conocida como el “acceso Palombo” (por el nombre del artista que lo hizo), no dio la mano a nadie. Estos son días de saludos con el codo, y el acto de hoy iba bien con una venia de saludo.
Recorrió la explanada exterior hacia la entrada de la Knesset, colocó una ofrenda floral junto al monumento a los soldados caídos y entró al edificio, a un acto sin precedentes.
El sonido de las trompetas, característico de esta ceremonia de asunción del nuevo Parlamento, no pudo esconder el hecho de que los únicos que se hallaban en la cámara durante el corto discurso del presidente Rivlin, además del presidente de la Knesset Yuli Edelstein y la secretaria general, ambos en la mesa central, eran el primer ministro Benjamín Netanyahu y el jefe de Kajol Laván, Benny Gantz.
Acto seguido, cada uno prestó juramento y salieron de la sala.
Netanyahu y Gantz en el momento de jurar sus cargos (captura de pantalla del canal Kan)
En realidad, cabe señalar que lo que dice cada diputado es «me comprometo» (en hebreo mitjaiév aní), respondiendo a la lectura del texto formal: «Me comprometo a mantener fidelidad al Estado de Israel y sus leyes, y a cumplir con las resoluciones de la Knesset».
Inmediatamente comenzó la serie aparentemente interminable, de por lo menos 40 tandas de dos o tres diputados que entraban juntos y juraban de pie casi a la entrada a la cámara, sin sentarse siquiera en sus respectivos asientos, por orden alfabético.
Los periodistas de los medios israelíes que reportaban sobre lo que estaba sucediendo en la Knesset, analizaban por un lado los hechos, el significado y el impacto del coronavirus en todos los ámbitos de la vida nacional, y por otro bromeaban comentando que, al menos, las limitaciones por la crisis no obligaban a gobierno y oposición, más que nada a Netanyahu y Gantz, a darse apretones de manos carentes de sinceridad.
En la nueva Knesset, recordamos cuál es la representación de los distintos partidos, ocho en total:
Este lunes prestaron juramento tres nuevos diputados, dos de ellos mujeres de la Lista Conjunta, una de las cuales es la primera legisladora israelí que lleva hijab, propio de las mujeres musulmanas observantes.
Iman Khatib, de la Lista Conjunta árabe, es la primera diputada israelí que usa hijab (captura de pantalla del canal Kan)
*Periodista, directora de Semanario Hebreo (Montevideo)
y Semanario Hebreo Jai.
Fuente: Semanario Hebreo Jai. Versión NMI.