Benjamin Ferencz, el último fiscal vivo de los juicios por crímenes de guerra nazis de Núremberg, recibirá la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos. Ferencz, quien actualmente tiene 102 años, vive en el estado de Florida.
La representante Lois Frankel, demócrata por Florida, presentó un proyecto de ley bipartidista para otorgar a Ferencz esta distinción, que es la expresión más alta de reconocimiento del Congreso de Estados Unidos por logros y contribuciones distinguidos de individuos o instituciones.
Benjamin Ferencz nació en Transilvania, actual Rumania, en 1920. Diez meses después su familia emigró a Estados Unidos, y él creció en Manhattan, Nueva York. En 1943 se graduó de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, y poco después se unió a un batallón de artillería antiaérea durante la Segunda Guerra Mundial. Sirvió bajo el mando del General Patton, participó en el Día D (invasión de Normandía) y la Batalla de las Ardenas, y ganó varias medallas.
Benjamin Ferencz, fiscal jefe en el juicio a los Einsatzgruppen a la edad de 27 años, mientras presentaba documentos de evidencia durante los Juicios de Núremberg
(Foto: Museo Memorial Nacional del Holocausto, Washington)
Al finalizar el conflicto fue invitado a trabajar como investigador para la División de Crímenes de Guerra del Ejército de EEUU. En ese papel, Ferencz recopiló pruebas sobre los horrores perpetrados por los nazis, y visitó los campos de concentración y exterminio cuando fueron liberados. Su misión era recopilar evidencia que pudiera usarse en un tribunal de justicia para juzgar y condenar a las personas responsables de crímenes internacionales. «Los alemanes fueron muy metódicos, mantuvieron un registro de qué unidad mató a cuántas personas en qué momento. El error que cometieron fue que yo encontré ese registro», ha afirmado.
Los recuerdos de las horribles escenas que presenció durante ese período dejaron una impresión permanente en él, e incidieron en su deseo de ver un mundo en el que los responsables de crímenes atroces rindan cuentas. Reflexiona: “Buchenwald, Mauthausen y Dachau están grabados vívidamente en mi memoria. Incluso hoy, cuando cierro los ojos, soy testigo de una visión mortal que nunca podré olvidar”.
Los registros oficiales nazis proporcionaron pruebas abrumadoras para implicar en el genocidio a médicos, abogados, jueces, generales, industriales y otras personas. «Los alemanes fueron muy metódicos, mantuvieron un registro de qué unidad mató a cuántas personas en qué momento. El error que cometieron fue que yo encontré esos registros»
El gobierno le pidió que permaneciera en Alemania durante los doce juicios de Núremberg, y fue enviado a Berlín para supervisar a un equipo de 50 investigadores que trabajaron con los registros oficiales nazis, los cuales proporcionaron pruebas abrumadoras para implicar en el genocidio a médicos, abogados, jueces, generales, industriales y otros ciudadanos alemanes.
A la edad de 27 años fue nombrado fiscal jefe en el juicio de los Einsatzgruppen, «grupos de trabajo itinerantes», creados para asesinar judíos, romaníes, funcionarios comunistas e intelectuales soviéticos tras la invasión nazi de la URSS, en lo que Associated Press llamó “el juicio por asesinato más grande de la historia”.
Ferencz también recibió en abril este año la Medalla de la Libertad del estado de Florida, de manos del gobernador Ron DeSantis
(Foto: wptv.com)
El tribunal encontró a 20 funcionarios nazis culpables de “crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y pertenencia a una organización criminal” por su papel en el asesinato de más de un millón de personas. Otros dos acusados fueron declarados culpables de pertenecer a una organización criminal, pero fueron absueltos de los cargos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Después del juicio, Ferencz luchó por la compensación de las víctimas y sobrevivientes del Holocausto, la devolución de los bienes robados y otras formas de restitución para quienes sufrieron a manos de los nazis. “Núremberg me enseñó que crear un mundo de tolerancia y compasión sería una tarea larga y ardua. También aprendí que si no nos dedicamos a desarrollar leyes internacionales efectivas, la misma mentalidad cruel que hizo posible el Holocausto algún día podría destruir a toda la raza humana”.
Como testimonio de su compromiso con estos esfuerzos, en 2017 se asoció con el Museo Memorial Nacional del Holocausto de Washington para lanzar la Iniciativa Ferencz para la Justicia Internacional.
Fuentes: WPTV y Museo Memorial Nacional del Holocausto de Washington.
Traducción y versión: Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.