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E l señor Hillo Ostfeld fue para mí una persona muy importante, que me enseñó y apoyó siempre en mi trabajo comunitario. Recuerdo cuando yo comenzaba en la WIZO a los 24 años de edad. Tenía que salir a pedir donativos y a la primera persona que llamé fue a Hillo, porque sabía que era imposible que no me ayudara; fue justo en esa conversación cuando Hillo me dio una lección que me acompaña hasta el día de hoy: cómo debe uno creer en lo que hace, hablar claro y sentir que pedir para los demás es la bendición más grande que uno puede tener, porque en tus manos está poder ayudar.
Siempre mantuve con él una estrecha relación, con cariño y llena de consejos. Cada vez que tenía que tomar alguna decisión acudía a Hillo. Él me atendía, me ayudaba y por sobre todo me enseñó muchísimo.
Mi alma sufre hoy su partida, pero mi cabeza y mi corazón se regocijan al saber que tuve la suerte de estar siempre cerca de Hillo y Klara, además de ser los padres de mi querido amigo Luis, mi amado amigo del colegio, que partió de este mundo cuando apenas comenzaba su vida y dejó en nuestros corazones un inmenso vacío.
Hillo Ostfeld fue, es y será el pilar fundamental de nuestra hermosa comunidad venezolana, que es un ejemplo para todas las comunidades judías del mundo, ya que en ella hubo personas que entendieron que después del horror del Holocausto las comunidades debían unirse, ayudarse y florecer junto al Estado de Israel para que nunca más ocurriera nada parecido. Hillo era un luchador y defensor de esta idea, y dedicó su vida para lograr de su comunidad el sueño dorado de cualquier judío.
Para Hillo no existía un imposible, él sabía que había que trabajar duro pero se podían lograr muchas cosas. Participó siempre a mi lado ayudando a Fundasec, porque entendía que nuestros niños son nuestro futuro, y siempre se interesó porque el colegio alcanzara la excelencia educativa; sentía un inmenso orgullo cada vez que escuchaba los logros comunitarios en educación, siempre atento y pendiente.
Hillo, te fuiste y te vamos a extrañar, pero tu legado queda entre nosotros. En mi corazón siempre existirá una pequeña parte de tu energía, de tu optimismo, de tu generosidad. Jamás olvidaré tus sabios consejos, que siempre me acompañaron y seguirán dentro de mí.
Te quiero mucho
Thalma
- "Hillo, mi mentor comunitario", por Raúl Cohén
- "Hasta siempre, Hillo", por Paulina Gamus
- "Hillo, un mentsch", por Martín Goldberg
- "Hillo Ostfeld, Z’L", por Rabino Pynchas Brener
- "Un gran hombre", por Rabino Isaac Cohén
- "Tu legado queda entre nosotros", por Thalma Cohén de Gruszka
- "Uno de los patriarcas de la kehilá", por Sami Rozenbaum
- "Carta de Janán Olamy, ex embajador de Israel en Venezuela", por Janán Olamy
- "Sin tregua", por Rebeca Perli
- "Hillo Ostfeld, el diplomático", por Milos Alcalay
- "Las horas postreras", por Trudy Ostfeld de Bendayán
- "Carta de la Cátedra de Estudios sobre el Holocausto Hillo Ostfeld (ULA)"
El señor Hillo Ostfeld fue para mí una persona muy importante, que me enseñó y apoyó siempre en mi trabajo comunitario.