Hace cien años se produjo el primer ataque registrado de los árabes contra una población creada por los pioneros sionistas: Tel Jai, en la Galilea. La muerte de sus ocho defensores galvanizó al yishuv y creó una epopeya que marcaría la lucha por el restablecimiento de la soberanía judía en Éretz Israel
Sami Rozenbaum
Hace cien años, Éretz Israel —hasta entonces parte de la Palestina otomana— acababa de ser conquistada por los británicos, en la recién finalizada Primera Guerra Mundial. La Declaración Balfour de 1917, que postulaba la creación de un “hogar nacional judío” en su tierra ancestral, había generado entusiasmo en el joven movimiento sionista, y las posibilidades de crear un Estado judío parecía no tener más obstáculos que la demasiado pequeña inmigración de pioneros, casi todos del ex Imperio Ruso y los países de Europa Oriental.
Pero pronto el proyecto sionista se vería enredado en las luchas entre las potencias vencedoras del conflicto, y sus efectos sobre el naciente nacionalismo árabe. Un joven recién llegado de Rusia, Josef Trumpeldor, tendría un papel protagónico en este momento clave de la historia.
De dentista al militar más condecorado
Josef Vladimirovich Trumpeldor nació en 1880 en la ciudad de Pyatigorsk, al norte del Cáucaso ruso. Su padre, Wolf, había sido “cantonista”, es decir, que el régimen zarista lo arrancó de su familia cuando era niño y lo alistó en el ejército, una forma de disolver a las comunidades judías empleada desde principios del siglo XIX. Pese a ello, Wolf mantuvo con orgullo su origen judío y lo inculcó a su familia, aunque los Trumpeldor eran poco observantes.
Josef estudió para ser dentista, pero en 1902 se enlistó voluntariamente en el ejército ruso. Le tocó luchar en la Guerra Ruso-Japonesa de 1904-05, y participó en el cerco de Port Arthur, donde perdió su brazo izquierdo a causa de una herida. A pesar de ello decidió completar su servicio militar; cuando le preguntaron por qué lo hacía, respondió: “Aún tengo otro brazo que dar por la patria”. Por su valentía recibió cuatro condecoraciones, incluyendo la Cruz de San Jorge, lo que lo convirtió en el soldado judío más condecorado de toda Rusia.
Josef Trumpeldor como oficial del ejército ruso, circa 1903.
(Foto: Pinterest)
Tras la rendición rusa, Trumpeldor fue prisionero de guerra de los japoneses, tiempo durante el cual editó un periódico sobre asuntos judíos y dictó clases sobre historia, geografía y literatura (evidentemente, la cautividad bajo los japoneses no resultaba entonces tan dura como sería décadas más tarde). Durante ese período trabó amistad con otros prisioneros judíos que deseaban fundar una granja colectiva en Éretz Israel.
Por su valentía durante la Guerra Ruso-Japonesa, Trumpeldor recibió cuatro condecoraciones incluyendo la Cruz de San Jorge, lo que lo convirtió en el soldado judío más condecorado de toda Rusia
Tras ser liberado, Trumpeldor se estableció en San Petersburgo y comenzó a estudiar la carrera de Derecho, pero en 1911 hizo realidad su deseo de emigrar a la Palestina otomana como parte de un grupo de jóvenes sionistas. Al principio se unieron a una granja en la costa del lago Kinéret (Mar de Galilea), y luego a Degania, el primer kibutz, que había sido fundado en 1909.
Trumpeldor mientras era prisionero de guerra de Japón a los 25 años de edad, en 1905. El letrero, decorado con símbolos sionistas, dice en hebreo: “Hijos de Sión prisioneros en Japón”.
(Foto: Biblioteca Nacional de Israel)
La primera fuerza militar judía moderna
Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, todos los ciudadanos rusos que vivían en territorio otomano fueron automáticamente considerados “forasteros enemigos”, por lo cual Trumpeldor fue expulsado a Alejandría, Egipto. Allí conoció a Vladimir (Zeev) Jabotinsky, líder del sionismo revisionista.
Según varias fuentes, en una de las conversaciones entre Trumpeldor y Jabotinsky, se pronunció la famosa declaración de la “barra de hierro”: «Tenemos que formar una generación de judíos sin intereses egoístas, sin hábitos, una simple barra de hierro. Flexible pero de hierro. Un metal al que se le pueda pedir todo lo que se necesita para la maquinaria nacional. ¿Falta una rueda? ¡Soy una rueda! ¿Faltan clavos, tornillos? Tómenme a mí. ¿Falta excavar la tierra? Yo excavo. ¿Falta disparar? Soy un soldado. ¿Policía? ¿Médico? ¿Abogado? ¿Maestro? ¿Bombero? Claro, yo lo puedo todo… Soy el concepto puro del servicio, dispuesto a todo, sin estar relacionado con nada. Conozco solamente un principio: construir.»
Durante la Primera Guerra Mundial, Trumpeldor formó parte del “Cuerpo de Mulas de Sión”, la primera unidad militar totalmente judía en casi dos mil años
Jabotinsky y Trumpeldor concibieron la idea de crear una Legión Judía que luchara junto a la “Entente” (integrada por el Imperio Británico, el Imperio Ruso, Francia e Italia, y al final también Estados Unidos) contra las “Potencias Centrales” (Alemania, el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano). Así, en 1915 nació el “Cuerpo de Mulas de Sión”, la primera unidad militar totalmente judía en casi dos mil años; el nombre de “mulas” se daba en aquella época a las unidades del ejército británico cuya principal función era trasportar suministros.
Esta unidad participó en la sangrienta campaña de Gallipoli, en Turquía; Trumpeldor, quien tenía el grado de capitán, resultó herido en un hombro. El “Cuerpo de Mulas de Sión” sería más tarde trasferido a territorio británico, y disuelto.
Josef volvió a Rusia tras la primera revolución (la de marzo de 1918, anterior al golpe de los bolcheviques), donde organizó a los judíos para la autodefensa y creó la organización Hejalutz, que preparaba a los jóvenes para hacer aliá. Él mismo regresó a Éretz Israel en octubre de 1919, radicándose en la aldea agrícola de Kfar Guiladi, en el Valle del Hula, Alta Galilea. El movimiento de autodefensa Hashomer (“el vigilante”) designó a Trumpeldor como líder del área, debido a su amplia experiencia militar.
La gesta de Tel Jai
Durante la Primera Guerra Mundial, el Imperio Británico y Francia delimitaron en el tratado secreto Sykes-Picot repartirse los territorios del Imperio Otomano. La zona sur del Mediterráneo (Palestina, Transjordania e Irak) sería británica, y la zona norte (Siria y Líbano) quedaría en manos francesas.
Sin embargo, los franceses aspiraban a poseer la rica zona de la Alta Galilea, por lo que instigaron —también en secreto— a comandos árabes para que ocuparan todas las áreas que pudieran antes de la aplicación definitiva del tratado, para así integrarlas en el Mandato Francés. De esta manera surgió un movimiento de guerrilla entre árabes e ingleses, mientras aún no estaban claramente definidas las fronteras.
El León de Tel Jai, uno de los monumentos más emblemáticos de la epopeya sionista.
(Wikimedia Commons)
Esto ocurría mientras los británicos comenzaban a aplicar la Declaración Balfour, designando a Herbert Samuel como primer Alto Comisionado para Palestina.
El 1° de marzo de 1920 (11 de Adar de 5680), cientos de árabes de la villa libanesa de Jabal Amel se concentraron a la entrada de Tel Jai, entonces una de las cuatro aldeas de pioneros judíos existentes en el área. Los árabes querían inspeccionar el lugar, pues sospechaban que había tropas francesas escondidas. Por lo general, los judíos trataban de mantenerse neutrales en estos escarceos entre franceses e ingleses, y estuvieron de acuerdo en que los árabes entraran, pero uno de los granjeros hizo un disparo preventivo al aire, señal acordada para solicitar refuerzos a las cercanas aldeas de Kfar Guiladi y Metula. Diez hombres, encabezados por Josef Trumpeldor, partieron de inmediato desde Kfar Guiladi hacia Tel Jai.
No se conocen detalles sobre cómo se inició el enfrentamiento. Un reporte inicial mencionó “malos entendidos de ambas partes”. El hecho es que se desarrolló una lucha armada —considerada la primera del conflicto árabe-israelí—, en la que siete judíos y cinco árabes perdieron la vida. Trumpeldor resultó herido en el estómago; falleció mientras era evacuado a Kfar Guiladi. Los médicos que lo atendían, George Gerry y Abraham Harzfeld, atestiguaron que sus últimas palabras fueron Ein davar, tov lamud bead hartzéinu (“No importa, es bueno morir por nuestra tierra”). La frase se convertiría rápidamente en el lema que inspiró al yishuv de Éretz Israel, y al movimiento sionista en todo el mundo.
Símbolo del espíritu sionista
Trumpeldor se trasformó de inmediato en una leyenda, y Tel Jai en un símbolo. El grupo revisionista de Jabotinsky dio a su grupo juvenil el nombre de Beitar, acrónimo en hebreo de Brit Trumpeldor (“Pacto de Trumpeldor”), y ese mismo año 1920 el sionismo socialista creó el Gdud Haavodá, “Batallón de Trabajo y Defensa Josef Trumpeldor”, que fundaría varios kibutzim.Además, la población de Kiriat Shmoná (“Ciudad de los Ocho”) fue así nombrada en homenaje a las ocho víctimas de Tel Jai, y cada 11 de Adar se conmemora a Josef Trumpeldor en el Estado de Israel.
FUENTES
Biblioteca Nacional de Israel
Raúl Voskoboinik, “Personalidades judías de todos los tiempos” (página de Facebook)
wikipedia.org
YIWO
zionism-israel.com