L a Corte Suprema de Justicia intervino en un conflicto de poderes que generó la parálisis parcial del sistema ferroviario israelí el pasado fin de semana.
El viernes 2 de septiembre, el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó que no se siguieran realizando labores de mantenimiento en los trenes en Shabat, para satisfacer la solicitud de los partidos ultraortodoxos, que amenazaron con retirarse de la coalición de no cumplirse esa exigencia. Como efecto de esta decisión de último minuto, 17 programas de mantenimiento que ya estaban preparados no se realizaron. Esto desató el caos, pues en numerosos lugares el sistema no estaba en condiciones de prestar servicio; el domingo, cuando se inició el mantenimiento y el sistema entró en operación tras el descanso de Shabat, 150 viajes de la ruta entre Tel Aviv y Haifa tuvieron que ser cancelados, lo que afectó a unos 150.000 usuarios, incluyendo a miles de soldados que regresaban a sus bases después de la licencia del fin de semana. El Ministerio de Defensa tuvo que organizar una flota de autobuses de emergencia para aliviar el caos, pero las tropas y el público protestaron airadamente por la situación.
El tema ha producido un forcejeo político entre Netanyahu, el ministro de Trasportes Israel Katz (Likud) y los partidos religiosos, pero la decisión de la Corte Suprema libera al primer ministro de tener que decidir nuevamente sobre el asunto. Katz anunció que este sábado continuarán las labores de mantenimiento como es costumbre, aunque los empleados que no deseen trabajar ese día estarán exonerados.
El partido Judaísmo Unido de la Torá acusó al líder del partido Shas, Arie Deri, de “abandonar la lucha”, después de que este declaró que “los israelíes seculares pueden decidir qué tipo de Shabat desean; entendemos que no podemos vivir en un Estado regido por la ley judía”. Deri negó que exista una crisis, y aseguró que “los dos partidos trabajan juntos con completa cooperación”.
Con información de The Times of Israel. Foto: Flash 90