Las Tefilot –Las Plegarias- son un instrumento para conectarnos directamente con el Amo del Mundo. Moshe rezo 515 veces, que equivale al valor numérico de la palabra VAETJANAN para que HaShem lo dejara pasar a la Tierra de Israel, y la respuesta que recibió fue una negativa; pero con la explicación de que no rezara más, ya que un rezo más le concedería la posibilidad de anular la sentencia de que no pasaría a la Tierra Prometida.
Esta enseñanza es muy importante a sabiendas de que popularmente creemos que Hashem no nos escucha o tarda en hacerlo, pero es obvio que existe un número, un límite de Tefilot a las cuales debemos llegar para ser escuchados. El trabajo de los rezos es diario, constante, de hormiguita, poco a poco, paso a paso, aunque cada rezo parezca inofensivo; se acumulan todos y dan el resultado esperado. Para ello debemos tener paciencia y estar orgullosos de poder comunicarnos día a día con El Santo Bendito Es.
Moshe Rabenu sabía que la Tefila era una herramienta poderosa para conectarse al Creador. Sin embargo no estaba rezando porque quisiera algo para su beneficio personal, sino para mantener su conexión con el Creador. Cuando pedimos ayuda del Creador por medio de la oración, nosotros, también estamos creando una conexión más cercana con el Santo Bendito Es.
Es esencial que entendamos que no estamos solos en este mundo y que necesitamos pedirle ayuda a Dios. Pedirle a Dios no debería ser algo que hacemos solo cuando estamos en tiempos de necesidad; es una herramienta importante que podemos usar todo el tiempo para conectarnos con la Luz Espiritual del Primer Día de la Creación. La Luz que se conecta a nuestras almas y nos mantiene vivos y lejos de ser meros seres existenciales apegados a las necesidades mundanas.
Nuestros libros de rezos son códigos encriptados con secretos cabalísticos que incluyen a toda la Torah y es de menester que los maestros enseñen a niños y adultos el rezar como D-os quiere de nosotros para nuestro bien, y no sigamos en la misma situación triste y errónea de correligionarios que acuden, Gracias a D-os, a las sinagogas y no saben leer ni seguir el rito de los rezos. Esa es y será siendo la base del judaísmo y nuestra mejor arma: “La Voz de Yaacob”.
No perdamos el tiempo y llenemos diariamente las sinagogas ya que para después será muy tarde.
¡BARUJ HASHEM LEOLAM AMEN VEAMEN!