La empresa afirma ser pionera en el uso de proteínas lácteas “químicamente idénticas” a las de la leche de vaca, para elaborar productos con el mismo sabor y textura pero sin colesterol ni lactosa
La startup israelí Remilk espera ser la primera compañía en el mundo en llevar al mercado productos lácteos reales, sin necesidad de una sola vaca en el proceso. “Usar a los animales para hacer nuestra comida ya no es sostenible”, dice Aviv Wolff, quien cofundó la empresa el año pasado.
“Las implicaciones de la cría de animales son devastadoras para nuestro planeta. Ha llegado el momento de un desarrollo revolucionario que permita la transición a un sistema alimentario que no tome más de lo que nuestro planeta puede dar”, sostiene.
La tecnología que Wolff y su socio científico Ori Cohavi han desarrollado produce proteínas lácteas “químicamente idénticas” a las presentes en la leche y los productos lácteos producidos por las vacas, explica Wolff. Eso significa esencialmente que son productos lácteos con proteínas lácteas, pero sin involucrar a las vacas.
Queso mozzarella producido con proteínas lácteas de Remilk
Los dos empresarios trazaron la composición química de la leche, evaluaron la grasa, la lactosa y el azúcar del líquido, y determinaron que el ingrediente clave para hacer leche son las proteínas. Entonces se propusieron recrear las proteínas tomando los genes que las codifican e insertándolos en un organismo unicelular, al que manipularon genéticamente para expresar la proteína “de forma eficiente y escalable”, según Wolff. Utilizando un proceso de fermentación microbiana aumentaron el número de proteínas, que luego secaron en polvo.
“Estamos haciendo productos lácteos idénticos a los de la leche de vaca, con el mismo sabor, textura, elasticidad y fluidez, pero sin colesterol ni lactosa. Básicamente hemos colocado todo el mecanismo de producción de la leche en un microorganismo. No necesitamos el ‘resto de la vaca’, y seguramente no necesitamos gastar recursos en el proceso de creación de un animal de 900 kilos”.
Este modelo de producción será hasta 100 veces más eficiente en cuanto a la necesidad de tierra que el sistema lácteo existente, 25 veces más eficiente en cuanto a la materia prima, 20 veces más eficiente en cuanto al tiempo, y 10 veces más eficiente en cuanto al agua, afirma Wolff. “Cuando se mezclan con agua, aceites vegetales como el de coco o girasol y azúcar vegetal, la leche líquida y sus derivados pueden producirse con exactamente las mismas propiedades, sabor y estructura”, explica.
La proteína seca se venderá a las empresas lácteas, y los fabricantes pueden añadir agua y grasa para crear una gama de quesos, yogures y helados. “No se toma ni una sola célula de una vaca, ya que incluso el gen es un gen totalmente sintetizado. No hay ningún animal en ninguna parte del proceso. Así que, técnicamente, el producto es no lácteo” (parve), manifiesta Wolff.
El empresario dice que la compañía aún no permite que el público pruebe la leche. Pero la empresa ha realizado catas a doble ciego con fines de investigación y desarrollo con audiencias independientes, que no pudieron distinguir los productos de queso alternativo de los quesos tradicionales, según la compañía.
El producto está listo, pero aún no está disponible para su comercialización, ya que los socios intentan ahora reducir el costo de producción. Debido al bajo precio de la leche en general a nivel mundial, la empresa no podrá competir inicialmente con la leche líquida y se centrará inicialmente en los quesos.
Wolff es ex comandante de combate en una unidad de fuerzas especiales de las FDI. Después de ocho años de servicio militar, trabajó en varias empresas nuevas hasta que creó Remilk. Su socio Cohavi tiene un doctorado en bioquímica de proteínas del Instituto Científico Weizmann, y anteriormente dirigió actividades de investigación y desarrollo en empresas de biotecnología. Remilk emplea a 10 trabajadores y piensa añadir otros 15 en los próximos seis meses.
Todos los quesos de esta foto fueron creados con la leche sintética de Remilk
Se prevé que el mercado de la leche alternativa, o de las bebidas de leche vegetal hechas de soya, almendra, coco, avena y cáñamo, crezca de 21.400 millones de dólares en 2020 a 36.700 millones en 2025, según la compañía de investigación MarketsandMarkets.
Estas alternativas ofrecen ventajas nutricionales, como menores niveles de colesterol y azúcar y una mejor salud cardiovascular, todo lo cual ha llevado a un aumento en el consumo, según el informe.
De acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza, la demanda de productos lácteos sigue aumentando debido al crecimiento de la población mundial, el aumento de los ingresos, la urbanización y la occidentalización de las dietas de gigantes asiáticos como China e India. Esto aumenta la presión sobre los recursos naturales, incluidos el suelo y el agua.
Hay unas 270 millones de vacas productoras de leche, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero inciden en el cambio climático. Además, la cría de ganado lechero puede provocar la pérdida de zonas ecológicamente importantes como humedales, bosques y praderas.Según estimaciones, para producir un litro de leche se necesitan 1.020 litros de agua.
Remilk no es la única empresa tecnológica que trabaja con productos lácteos alternativos. La empresa australiano-estadounidense Change Foods utiliza tecnología de bioingeniería para crear quesos y otros productos lácteos sin componente animal,. New Culture, con sede en San Francisco, hace “queso de vaca sin la vaca”.
“Utilizan procesos similares”, comenta Wolff. “Pero tenemos socios comerciales estratégicos trabajando con nosotros, y seremos rápidos en el mercado”, asegura.
La industria lechera ha sido criticada por organizaciones de derechos de los animales, como People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), que afirman que las vacas lecheras son tratadas como máquinas productoras de leche. La mayoría de las vacas son confinadas, inseminadas repetidamente para dar a luz a los terneros, y luego son separadas de sus recién nacidos de modo que la leche que producen para alimentar a su descendencia pueda ser vendida. La manipulación genética y, en algunos casos, los antibióticos u hormonas, también se utilizan para que las vacas produzcan cantidades adicionales de leche.
Wolff se ha fijado como objetivo que Remilk ofrezca su primer producto comercial de precio accesible a principios de 2022. “Remilk será el primero en comercializarse”, adelanta, con optimismo.
Fuente y fotos: The Times of Israel.
Traducción NMI.