ACOM*
El fin del alto el fuego en Gaza es la consecuencia lógica e inevitable de la negativa de Hamás a liberar a todos los rehenes secuestrados, y hacerlo de modo inmediato, particularmente tras la evidencia de torturas, abusos y condiciones infrahumanas de cautiverio relatadas por antiguos secuestrados.
Israel no ha roto ninguna tregua. Los términos de la misma han sido vulnerados sistemáticamente por Hamás, que ha rechazado todas las ofertas para extender la primera fase del alto el fuego destinada a liberar a todos los rehenes, a pesar de los intensos esfuerzos mediadores de Estados Unidos.
Hamás ha utilizado cínicamente estos días de pausa en las operaciones para rearmarse, reconstruir túneles y planificar nuevos ataques contra Israel. Los terroristas han hecho exhibición pública del poder militar que mantienen y del control que ejercen sobre el territorio y la población gazatí. En vista de esto, la guerra, que tenía como objetivos lógicos e irrenunciables la derrota definitiva de Hamás y la liberación de los rehenes, debe continuar hasta que esos objetivos sean alcanzados.
Incendio causado por bombardeos israelíes en Jan Yunis, Franja de Gaza, esta madrugada
(captura de pantalla)
No puede haber soluciones temporales ni dejar el trabajo a medias. La historia nos ha enseñado que solo la derrota completa y definitiva de un enemigo con intenciones genocidas, que acabe con su dominio sobre el territorio y su población, puede dar lugar a la construcción de una paz duradera.
Pero Hamás no quiere la paz, como no la quería el 7 de octubre. La liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes hubiese impedido el fin del alto el fuego. El apoyo entusiasta que todavía dispensa a Hamás gran parte de la población gazatí, y el control feroz sobre los que se les oponen en la Franja, continúa siendo un problema que solo se puede manejar separando a combatientes de no combatientes, y permitiendo a aquellos que no apoyan a Hamás que abandonen la zona de conflicto, como han pedido Israel y EEUU, con la negativa de los países árabes y la Unión Europea.
La historia nos ha enseñado que solo la derrota completa y definitiva de un enemigo con intenciones genocidas, que acabe con su dominio sobre el territorio y su población, puede dar lugar a la construcción de una paz duradera
Ahora volveremos a presenciar el mismo espectáculo macabro: desaparecerán de las cámaras occidentales los terroristas encapuchados y uniformados, armados hasta los dientes, para ser sustituidos por los mismos asesinos vestidos de civiles, fingiendo evacuar a «víctimas» hacia hospitales. Gaza es un gran plató listo para los medios sedientos de propaganda que demonice a los malvados judíos. Los mismos padres de Gaza que posaban orgullosos con sus hijos en ceremonias repulsivas que celebraban el asesinato de bebés israelíes, exhibirán ahora lacrimosos a esos mismos niños denunciando el horror de los ataques israelíes. Y todos aquellos que se han negado a que Gaza fuera evacuada de no combatientes regurgitarán horrorizados las cifras de «civiles» muertos proporcionadas por el “Ministerio de Sanidad” de Hamás, sin verificación alguna.
Ya hemos visto esta película: los que han estado guardando silencio sobre las masacres cometidas por Turquía contra los kurdos en el Norte de Siria que ocupa, los que han asistido ciegos y mudos a los asesinatos de cristianos, alawitas y drusos a manos de al-Sharaa, un yijadista como los de Hamás a las órdenes de Erdogan, volverán a sus reportajes y sus manifestaciones. Y la Unión Europea, que se ha apresurado a legitimar y financiar al terrorista que dirigió al-Qaeda en Siria mientras comete horribles crímenes contra las minorías de su país, expresará sus condenas inequívocas contra… Israel.
Ahora volveremos a presenciar el mismo espectáculo macabro: desaparecerán de las cámaras occidentales los terroristas encapuchados y uniformados, armados hasta los dientes, para ser sustituidos por los mismos asesinos vestidos de civiles, fingiendo evacuar a «víctimas» hacia hospitales. Gaza es un gran plató listo para los medios sedientos de propaganda que demonice a los malvados judíos
Que berreen. En ACOM reiteramos nuestro firme apoyo a Israel en su lucha contra el terrorismo y en defensa de sus ciudadanos. El Estado de Israel tiene no solo el derecho sino el deber de proteger a su población, y garantizar que una masacre como la del 7 de octubre no vuelva a repetirse jamás.
La única paz duradera vendrá tras la derrota total y definitiva de Hamás, la liberación de todos los rehenes y el establecimiento de un gobierno en Gaza que no tenga como objetivo la destrucción de Israel y el genocidio de los judíos. Cualquier otra solución no es más que un aplazamiento temporal del problema y una traición a las víctimas.
*Acción y Comunicación sobre Oriente Medio, España.