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Carlos Armando Figueredo*
H ace muchos años, cuando yo era vicerrector administrativo de la Universidad Metropolitana, tuve la oportunidad de conocer a Marianne. Se había organizado una conmemoración de la Shoá, con motivo del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1° de diciembre de 2005, designando la fecha del 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Marianne estuvo encargada de organizar conmigo los actos a realizarse en la Universidad Metropolitana. Recuerdo que ella me sugirió que actuara como moderador de un foro sobre la película de Stanley Kramer Judgment at Nuremberg, que trata sobre el juicio a los juristas del nazismo. Al ver la película descubrí que un profesor alemán, Ingo Müller, había escrito un libro titulado Furchtbare Juristen. Die unbewältigte Vergangenheit unserer Justiz (literalmente “Horribles juristas - El pasado que nuestra justicia no puede olvidar). Adquirí el libro y me dije que era necesario traducirlo al español, cosa que hice trabajando por más de un año, y en cuya publicación tuve el apoyo de Marianne Kohn y de Espacio Anna Frank.
Paulina Gamus y Marianne Kohn fueron quienes me hicieron incorporar a la Junta Directiva de Espacio Anna Frank, institución que ha desempeñado un papel muy importante en mi vida, fomentando, entre otras cosas, mi espiritualidad. Junto con esa institución, editamos la traducción que hice del libro de Marie-Anne Matard-Bonucci, La Italia fascista y la persecución de los judíos, cuyo prólogo de mayo de 2010 es de Marianne.
Fue mucho lo que colaboré con Marianne, cada año, en la preparación de los conciertos en conmemoración del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto. Nos reuníamos con embajadores europeos, establecíamos contactos con los músicos.
Marianne me pidió varias veces que actuara como moderador de las películas que ella hacía exhibir, el primer sábado de cada mes, en una sala de cine del Centro Lido. Recuerdo que hace pocos meses ella me pidió que moderara la película de Clint Eastwood Gran Torino, una de las que ha tenido más acogida por el público asistente.
Marianne ya no está con nosotros en esta tierra, pero su espíritu sí lo está y lo estará por mucho tiempo.
*Miembro de la Junta Directiva de Espacio Anna Frank 2016-2018
Ariel Segal
Simone y Marianne tuvieron biografías muy diferentes, y sin embargo compartieron una esencia común: la lucha por la democracia y por la tolerancia. Simone, judía francesa, se dedicó a la política ejerciendo el cargo de ministra de Salud, fomentó leyes liberales como el derecho al aborto y sobresalió como la primera mujer presidente del parlamento europeo en 1979. Marianne, hija de inmigrantes, fue una judía venezolana que estudió Filosofía y, desde la sociedad civil, destacó como una gran intelectual que formó conciencia sobre derechos humanos y la justicia social en medios académicos y universitarios que hoy son buena parte de la fuerza demócrata de su país.
Simone y Marianne propagaron sus visiones de tolerancia desde perspectivas diferentes, pero a partir de una misma referencia: el Holocausto. Simone (que no conoció a Marianne) lo hizo como sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz. Marianne (que supo quién fue Simone), fundando en 2006 la ONG Espacio Anna Frank, junto a su hermana Dita y otros venezolanos. A través de la experiencia de la adolescente que, por medio de su diario, logró trasmitir la tragedia del totalitarismo nazi que la condujo a la muerte, también en Auschwitz, Marianne promovió el respeto al diferente y la valentía moral en un país que se encaminaba hacia ese sistema político.
Simone Veil (Z’L) falleció el 30 de junio y fue enterrada en el Panteón de París por iniciativa del presidente Macron. Marianne Kohn Beker (Z’L) dejó la vida terrenal el 5 de julio y fue sepultada en compañía de su familia, amigos y admiradores en un cementerio judío de Caracas.
¿Tengo derecho a usar un espacio periodístico para honrar a una mujer de menor trascendencia mediática como Marianne, a la vez que a una figura pública más conocida como Simone? Sí, porque cualquiera que tenga el privilegio de toparse en la vida con personas como Marianne hará algún tipo de impacto importante sobre varias más, por la huella que gente especial como ella nos deja en el camino.
Artículo publicado originalmente en Peru21
Carlos Luis de Armas*
En estos momentos de recuerdo y justo homenaje, creo que se hace indispensable ser agradecidos.
Mujer promotora de una sociedad centrada en la divulgación de los valores para la convivencia, fue para la UCAB una invaluable amiga. Ayudó con su aporte al desarrollo de actividades que promovieran la convivencia entre los miembros de la comunidad universitaria, de principios que permitieran aceptarnos los unos a los otros, a dejar de lado las posibles diferencias y mirar que son mucho más los aspectos que nos unen e identifican.
La UCAB consiguió en ella un verdadero ángel. Siempre nos trató con deferencia y aprecio, y su labor en nuestra casa de estudios no puede ser olvidada. Dos cátedras fundacionales fueron establecidas para promover el conocimiento, la aceptación y la tolerancia: se trata de la Cátedra Fundacional Institucional de Judaísmo Contemporáneo Zygmunt y Anna Rotter, y la Cátedra de Ética y Política Dr. Claudio Bentata. Gracias a su incondicional trabajo, Marianne logró articular apoyos que desde la comunidad judía de Caracas permitieron crear estos importantes espacios para la reflexión y el diálogo. Gracias a su constante interés contamos en la UCAB con distinguidos y notables conferencistas que ofrecieron su saber a los jóvenes ucabistas. También en varias oportunidades organizó la realización de séder de Pésaj ecuménicos en la UCAB.
Marianne, la señora Marianne, fue una amiga de esta casa de estudios, que hoy quiere rendirle el más justo de los homenajes. La UCAB estará siempre en deuda con ella. Nuestra universidad será siempre su casa, la casa de todos nuestros amigos de la comunidad judía. Su partida nos compromete ahora más que nunca a continuar con su tarea. Por siempre estará en nuestros corazones y pensamientos. Siempre será nuestro ángel protector. Siempre la sentiremos ucabista de corazón.
*Coordinador de la Cátedra Fundacional Institucional de Judaísmo Contemporáneo Zygmunt y Anna Rotter de la UCAB
Luis Alemán*
Sonrisa siempre y cercana,
amable y franca,
inteligente,
con contenido,
bondadosa, incluyente.
Sonrisa de Coexistencia.
Privilegio y honor enorme conocerla.
La escuché, me senté a su lado,
Ofrecí, cargué y protegí su asiento,
para ponerle mucha atención.
Aproveché los momentos que compartimos.
Conocerla es y será siempre inolvidable.
Conocerla me comprometió con la Coexistencia.
Dispuesta a compartir
lo trascendente, lo importante,
pero con la sencillez de la fábula, el cuento, el guión de cine.
Me recomendó películas en que la tendré presente cuando las vuelva a ver. Y las voy a volver a ver.
Inspiración y motivación para todos que la conocimos.
Trascender, desde su presencia, sentimientos, comentario, inteligencia desde Espacio Ana Frank,
con fortaleza de espíritu.
Legó compromisos, responsabilidad, amabilidad, investigación,
conocimientos, sentimientos, verdad y ejemplo para todos.
Su sonrisa trasciende. Recorre desde mi mente al corazón.
Su sonrisa es sentimiento genuino y puro.
Su sonrisa me compromete con la Coexistencia.
La recordaré siempre.
*Miembro de la Junta Directiva Espacio Anna Frank 2016-2018
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