Eduardo Kohn*
S himon Peres (Z’L) fue un hombre de convicciones firmes y objetivos claros. Creyó en el pueblo de Israel desde el primer momento en el que comenzó la lucha por sus ideales, hace 65 años. Fue un hombre de consenso y, por ello, fue altamente respetado, ya sea como primer ministro, ministro de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Economía, y fundamentalmente fue muy apreciado su proyecto de llegar a la paz durante sus 7 años de presidencia.
Es cierto que en la hora de la memoria y los balances viene rápidamente al recuerdo el contexto y concreción de los Acuerdos de Oslo que firmó Israel con los palestinos en 1993, bajo la intensa supervisión de Peres en todas sus fases, desde la secreta hasta la pública.
Creyó entonces en la paz, aunque sabía que no tenía al lado socios con compromiso parecido; siguió creyéndolo en el peor momento, cuando su gran amigo de décadas, el primer ministro Itzjak Rabin, fue asesinado; y siguió en la misma línea hasta su último aliento, enfrentando con palabras contundentes el flagelo del terrorismo, y haciendo valer su peso político y ético para sobrellevar y vencer a los bárbaros y acercar definitivamente a los pueblos.
El Premio Nobel de la Paz de 1994 no se vio coronado por el éxito de los Acuerdos de Oslo que llevaron a que Rabin, Arafat y él fueran reconocidos con tamaño galardón. Igual no se amedrentó. Nunca lo amedrentó nada, si de luchar por la paz se trataba.
La fundación del Centro Peres para la Paz ha constituido un ejemplo muy vigoroso de cómo llevar los ideales de Peres a la práctica. Programas de cooperación con los palestinos, Egipto y Jordania han demostrado que sus sueños pueden ser realidad, cuando la veleidad y el egoísmo de los hombres dan paso a la civilidad y la cordura.
Tuvimos el honor de conocerlo y encontrarlo en Uruguay y en Israel. En Uruguay, hace más de 20 años, nos honraron con la conducción y presentación del evento en el cual la comunidad judía pudo escuchar la voz de un líder excepcional, carismático y muy seguro de sus creencias.
Volvimos a encontrarlo en 2002, cuando formamos parte de la comitiva del presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Herrera, en su visita oficial de Estado a Israel. A la recepción del entonces presidente israelí Haim Herzog, llegaron juntos los dos amigos: Peres y Rabin. Fue un enorme impacto emocional ver a esos dos gigantes de la historia, conocerlos e intercambiar palabras mientras fumaban sus cigarrillos. Un recuerdo único que perdurará en mí para siempre.
En 2008, cuando Israel cumplió 60 años, fuimos parte integrante de la comitiva que acompañó al presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, en visita de Estado a Israel. Volvimos a encontrar a Shimon Peres, ahora como presidente, en la residencia oficial, y pudimos intercambiar palabras y participar de la cena de Estado en el jardín de su residencia presidencial durante dos horas.
Peres trasmitía una profunda calidez, y a su vez una firmeza cautivadora al expresar sus ideas. Conocerlo personalmente ha sido un privilegio de los que se tienen pocas veces en la vida.
El legado de Shimon Peres es muy grande. La paz fue su anhelo, su lucha, su combate hasta sus últimos días. El desafío que queda ante su legado es enorme y esencial. Tengamos esperanza de que el pueblo judío encuentre cómo llevar ese legado a su destino.
*Director de B’nai B’rith Internacional para América Latina
Mensaje de Froilán Barrios a la CAIV
Ante todo, un cordial saludo. Desde el movimiento sindical venezolano trasmita nuestras condolencias a la comunidad judía venezolana, como a todo el pueblo judío, por la desaparición física de Shimon Peres, quien fuera pilar en la constitución del Estado de Israel. Su trayectoria, sus características de hombre sencillo siendo un líder universal, merecen el reconocimiento de todas las naciones y pueblos del mundo.
Froilán Barrios Nieves
Secretario ejecutivo de la Confederación
de Trabajadores de Venezuela
Mensaje de Omar Camero
Excelentísimo rabino Isaac Cohén
Asociación Israelita de Venezuela
Ciudad
Me encontraba en Europa cuando ocurrió el fallecimiento del ilustre ciudadano del mundo Shimon Peres, a quien tuve el honor de conocer.
Le envío nuestra sentida palabra de pésame por la triste pérdida de un personaje como él, que dio tanto a nuestra humanidad.
Reciba un fuerte abrazo,
Omar Camero Zamora.