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E n esta oportunidad la Torá nos relata sobre la inauguración del Tabernáculo en el desierto Siete días de preparación tuvieron que guardar los cohanim. Debieron permanecer dentro su campamento, mientras que Moshé se encargaba de montar y desmontar el Tabernáculo. Fueron días de suma expectativa para Israel, que estaban ansiosa de ver por fin la Presencia Divina revelada en Su Santuario.
Y fue entonces, en el octavo día, primer día del mes de Nisán, y después de los múltiples sacrificios preliminares, cuando Moshé se dirige a toda la congregación de Israel:
“Y dijo Moshé: Este es el asunto que ordenó Dios, háganlo y se mostrará ante ustedes el Honor del Eterno” (9, 6).¿A qué se refería Moshé? ¿Qué otra acción debía hacer el pueblo de Israel para que la Presencia de Dios se manifestara en Su Santuario?
Explica el Dibré Emet, el Jozé de Lublin, ZT”: “Israel tenían gran cariño por el Tabernáculo, y esperaban que por medio de él descendiera la Presencia de Dios. Pero Él –analógicamente hablando– deseaba residir dentro de cada uno de nosotros, en el alma y cuerpo de cada miembro de Israel. Y a eso se refirió Moshé, pues les dijo: ‘No confíen en que la Presencia del Eterno repose en el Tabernáculo’, si no, en: ‘Esto es lo que ordenó Dios, háganlo’. Es decir en dedicarse al estudio de la Torá, y en el cumplimiento de sus preceptos. De ser así, automáticamente “se mostrará ante ustedes el honor de Dios, y no necesitarán de ningún Tabernáculo”
En nuestra milenaria historia, solamente durante un lapso relativamente pequeño contamos con un recinto físico en el cual se manifestaba la Presencia del Todopoderoso.
El pueblo judío ha conseguido generación tras generación atraer a sí mismo la ayuda, el favor y la presencia del Creador del universo por medio del celoso cuidado de las mitzvot y demás tradiciones, el estudio ininterrumpido de la Torá y la preparación de las siguientes camadas que transitarán este mismo sendero. Todo ello dentro de ambientes hostiles, de persecuciones, decretos y asedios. Esta lucha, por sí misma, que demuestra el cariño ilimitado que le tenemos a Dios, es la que puede atraer de regreso Su presencia dentro de nosotros de forma incondicional.
Cada uno de nosotros, en nuestro propio ámbito, en nuestro propio tabernáculo, debemos manifestar el deseo de que Dios llene nuestras vidas, nos mande éxito, bendiciones y satisfacciones por siempre, y así realmente será.
Hasta que por fin veamos la llegada del Mashiaj pronto en nuestros días, amén.
Shabat Shalom
En esta oportunidad la Torá nos relata sobre la inauguración del Tabernáculo en el desierto Siete días de preparación tuvieron que guardar los cohanim.