Sheminí Atzéret, literalmente “octavo (día) de reunión”, o “de cierre”, es la fecha posterior a los siete días de Sucot, según prescribe el libro de Bamidbar (Números) 29:35: “Y en el octavo día tendréis reunión; no haréis ninguna obra servil”. Aunque no tiene relación con la festividad de las cabañas, por tratarse de una fecha de reposo las familias no desarman aún las sucot, e incluso comen en ellas.
En Israel, Sheminí Atzéret es la fecha en que termina la lectura anual de la Torá, y esta recomienza inmediatamente con Bereshit (Génesis). Sin embargo, en la diáspora esto se realiza al día siguiente de Sheminí Atzéret; es decir, únicamente fuera de Éretz Israel existe Simjat Torá como una festividad “independiente”.
Las Hakafot (plural en hebreo de hakafá, ronda) son la celebración característica de Simjat Torá: consisten en extraer del arca de la sinagoga todos los rollos de la Torá, y “bailar” con ellos dando siete vueltas alrededor de la bimá para celebrar la finalización y recomienzo de la lectura del libro sagrado del judaísmo
Finalizadas estas rondas, se guardan todos los rollos menos tres; del primero se lee la bendición de despedida de Moisés y el relato de su muerte en el monte Nebó, es decir el final de la última parashá. Del segundo ejemplar se leen los primeros párrafos de Bereshit, narración de cómo Dios creó el universo; y del tercer rollo se leen, del libro de Bamidbar, los detalles de cómo eran los sacrificios festivos en la época en que existía el Templo de Jerusalén.
Se considera un gran honor ser quien lea los últimos y primeros párrafos de la Torá. A quienes se asigna esta distinción se les llama, respectivamente, jatán Torá (“novio de la Torá”) y jatán Bereshit (“novio del libro del Génesis”).
Las Hakafot Shniot (“segundas hakafot”) son una tradición que se ha difundido durante los últimos años en Israel, y consisten en celebrar, al igual que en la diáspora, una fecha especial como Simjat Torá. En esta ocasión, los rollos son sacados a la calle y se festeja en lugares públicos. Esta nueva costumbre se celebró por primera vez en el Kótel el año pasado, y está volviéndose costumbre en otros lugares emblemáticos del país, como la Plaza Rabin de Tel Aviv.