El esplendor y felicidad que irradia los rostros de cada uno de los abuelitos del Bet Avot se hace indescriptible en palabras. Tan solo unas fotos acompañan esta reseña, pero, podrán atestiguar quienes me acompañaron que es poco o nada lo que esas imágenes pueden expresar.
Este sentimiento lo tenemos día a día las damas voluntarias del grupo Shemesh, fundado hace casi ocho años para ofrecer una mano amiga y emocional a cuanto miembro de la comunidad lo necesite, ya sea que no tenga familia, o teniéndola requieran apoyo.
Una de las labores que lleva a cabo Shemesh son las visitas al Beit Avot, y con ellas las celebraciones de cada festividad judía. La más reciente fue la fiesta de Janucá, el pasado 5 de diciembre.
“¿Cuánto tiempo que no venía usted a visitarme?”. o “Ya necesitaba conversar contigo”. Así, día a día los abuelitos esperan esa cara conocida para que les dé un abrazo sincero. Los profesionales del Beit Avot nos acompañan y apoyan en cada celebración y agasajo. En fin, los abuelitos del Beit Avot son unos seres hermosos quienes, tan cerca de su vejez como de su infancia, nos hacen recordar con cada gesto, solicitud o detalle que se les va cerrando su círculo de vida, volviendo a ser esos hermosos niños que una vez fueron. Así es la edad mayor, ensimismada, larga, pero feliz y agradecida por los años trascurridos rodeados de tanta gente que los quiere y atiende.
Al llegar para este sencillo agasajo, nos conseguimos a todos los abuelitos y abuelitas sentados en desordenado círculo, unos en primera fila, otros más atrás como cuando antaño asistían alegres a un circo o un espectáculo de títeres; todos arreglados, y maquilladas ellas, esperaban ansiosos disfrutar del espectáculo, con sus caras felices y atentas a lo que pronto verían al subir el telón.
Se interpretaron canciones judaicas y venezolanas, sin faltar nuestra tradicional “Venezuela”, y el final tan esperado cantando todos “Salam Salam”, paz sobre nosotros y el mundo entero. Los temas fueron interpretados por las jóvenes artistas de nuestra comunidad Leslie Abecasis y Naomi Sarli, acompañadas al piano por el querido Harold Vargas. Destacadas representaciones realizaron también Carolina Israel y George Rotker. Todos ellos voluntarios comprometidos con nuestra comunidad y con el Centro Cultural Educativo Hebraica Gonzalo Benaim Pinto.
Agradecemos a quienes nos ayudaron al donar los regalos y las ricas sufganiot que repartimos, sin contarles la sonrisa de agradecimiento por la celebración. Igualmente estamos agradecidos con el personal profesional del Beit Avot, desde la dirección hasta los enfermeros, asistentes, cocineros, personal de seguridad, obreros y mantenimiento, por su calidad y actitud de servicio, que hacen confortable la estancia en esa institución. A nuestra compañera Dana Abecasis, incansable colaboradora, sencillamente ¡gracias!
Quiera Hashem ayudarnos para seguir poniendo un rayito de sol, Shemesh, en los rostros de cada una de esas maravillosas personas que hoy han encontrado un hogar comunitario digno gracias al apoyo de nuestra kehilá, sus profesionales y voluntarios. Una comunidad inigualable.
María Camacho, Lilian Bentolila y Redacción NMI
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encomiable labor