En esta perashá aparece la última porción del Kriat Shemá, la que habla sobre la mitzvá de tzitzit. Durante la tefilá concluimos diciendo: “Ani HaShem Elokejem, Emet” (Yo Soy El Eterno su Di´s, Verdad), pero en el texto de la torá se omite la palabra Emet ¿Por qué?
El “Jatám Sofer”, ZT”L, trae la siguiente explicación: “Al comienzo del Kriat Shemá decimos: “Escucha Israel, El Eterno es nuestro Di´s…”, porque nos honramos con el mérito de que Él Sea nuestro Di´s. No obstante, al final de la lectura, después de haber recibido sobre nosotros el yugo de Su Reinado, y el amarlo incondicionalmente, de aceptar las mitzvot de tefilín y de tzitzit, y de colocar una mezuzá en nuestras puertas, es Él Quien se honra a través de nosotros.
Y la razón por la que en la torá no está escrito: Verdad, como en el texto de la tefilá, es porque lo escrito ahí: “Yo Soy El Eterno, Su Di´s”, es una declaración condicionada. Si se llegaren a santificar (como está escrito previamente), entonces Yo Seré para ustedes Su Di´s.
Pero al momento de recitar el Shemá Israel en la mañana, en donde nos encontramos envueltos en el talit y coronados con los tefilín, y después de haber recibido el yugo de los Cielos sobre nosotros con amor; entonces, y sin lugar a dudas, El Todopoderoso declara: “Yo Soy El Eterno Su Di´s, Verdad”, con certeza absoluta”.
Muchos asumimos, de forma errónea, que nuestra relación con el Creador del mundo, es como la de un Jefe con Sus subordinados; y que la idea principal es acatar Sus órdenes de forma precisa.
Y la verdad es que Quien nos dio la torá en Sinai, tiene un “interés” en nosotros que supera por mucho la simple ejecución de dictámenes.
Él quiere que por medio de Su torá Lo amemos con todo nuestro corazón y toda nuestra alma. Que pensemos en Él constantemente, que Lo veamos en cada esquina de nuestra vida, y sepamos que Él es nuestro Padre Celestial, Quien está constantemente pendiente de nosotros, de nuestro bien espiritual y físico. Y que está dispuesto a abrir Su “Mano Amplia” para colmarnos de bendiciones, salud, éxito y vida larga.
Todo esto será posible únicamente si recibimos sobre nuestros hombros el yugo de la torá, de también mostrar interés en que Su Voluntad sea cumplida cabalmente. No como un obrero cuando debe dar cuentas a su Jefe, exclusivamente, sino, y mucho más substancialmente, como cuando demostramos amor a Quien amamos entrañablemente.
Y llegar al punto de honrarnos con Su Presencia y que Él también se honre con nosotros. De ver que cuenta con una nación fiel, entregada a Santificarlo en todo momento y bajo cualquier condición.
Shabat Shalom
Yair Ben Yehuda