Neville Teller*
El pasado 17 de septiembre, Hamas y al-Fatah, rivales por el liderazgo del pueblo palestino pero unidos en su oposición a los acuerdos de normalización árabe-israelí, decidieron celebrar las primeras elecciones generales palestinas desde 2006. Si esto no sigue el camino de numerosos acuerdos similares en el pasado y simplemente se desmoronan, las votaciones se llevarán a cabo en marzo o abril de 2021.
«Hemos convenido celebrar primero elecciones legislativas», dijo Jibril Rajub, un alto funcionario de Fatah, «luego las elecciones presidenciales de la Autoridad Palestina y, finalmente, las elecciones al Consejo Central de la Organización de Liberación de Palestina».
Dos días después, un destacado político palestino que ahora vive en el exilio en los Emiratos Árabes Unidos, emitió una declaración: “Soy Mohamed Dahlan”, anunció. «Creo que Palestina necesita urgentemente una renovación de la legitimidad de sus líderes e instituciones, y esto solo se logrará mediante elecciones integrales, trasparentes y nacionales».
Quizá percibiendo esta declaración inocua como un intento de apertura para las próximas elecciones presidenciales, el 21 de septiembre las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina arrestaron a siete partidarios de Dahlan en Cisjordania.
Sucesor en espera: Dahlan (Foto: Reuters)
Mohamed Dahlan ha vivido en los EAU desde que fue expulsado de Cisjordania en 2011 tras de una amarga disputa con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Es asesor del príncipe heredero Mohammed bin Zayed al-Nahyan. Ha habido muchas especulaciones, que Dahlan no ha negado, según las cuales jugó un papel clave en la materialización del acuerdo de normalización entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel. Se cita a funcionarios palestinos diciendo que no tienen ninguna duda al respecto.
La declaración de Dahlan fue en realidad una respuesta a un comentario, luego negado, del embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, en el sentido de que Estados Unidos estaba considerando reemplazar a Abbas con Dahlan. Dahlan se apresuró a decir que ningún poder externo podía simplemente imponer un líder al pueblo palestino, y que la legitimidad solo podía fluir de elecciones libres.
¿Quién es Mohamed Dahlan?
Nacido en 1961 en el campo de refugiados de Khan Yunis en la Franja de Gaza, cuando era adolescente ayudó a establecer el Movimiento Juvenil Fatah. Cuando tenía 20 años las autoridades israelíes lo arrestaron en numerosas ocasiones por activismo político, pero nunca por actividades terroristas. Hizo un buen uso de su tiempo en las cárceles israelíes aprendiendo hebreo, que habla con fluidez.
Después de los Acuerdos de Oslo a principios de la década de 1990, Dahlan fue elegido para dirigir la Fuerza de Seguridad Preventiva en Gaza. Con una fuerza de 20.000 hombres, se convirtió en uno de los líderes palestinos más poderosos. Tenía tratos regulares con la CIA y la inteligencia israelí. Durante ese período a Gaza se le apodó «Dahlanistán», lo que refleja el alcance de su autoridad, una autoridad severamente dañada en 1997, cuando se supo que había estado desviando impuestos a su cuenta bancaria personal.
Ese incidente pareció provocar un cambio radical en Dahlan. En 2001, en un virtual desafío a Yasser Arafat, comenzó a pedir reformas en la Autoridad Nacional Palestina. Un año más tarde dimitió y, presentándose como crítico abierto de Arafat, intentó repetidamente hacer campaña en favor de la reforma y la lucha contra la corrupción.
En las elecciones palestinas de 2006, Hamás obtuvo la mayoría en Gaza. Dahlan calificó esa victoria electoral como un desastre, y en enero de 2007 celebró la mayor manifestación de partidarios de al-Fatah en la Franja de Gaza, donde denunció a Hamás como «un grupo de asesinos y ladrones». Su instinto fue reivindicado seis meses después, cuando Hamás llevó a cabo un sangriento golpe en Gaza, tomó el poder y expulsó a los funcionarios de al-Fatah que no había asesinado. Años más tarde se reveló que Dahlan desempeñó un papel clave en un complot fallido de Estados Unidos para sacar a Hamás del poder.
En octubre de 2007, la administración Bush presuntamente presionó al presidente de la Autoridad Palestina, Abbas, para que nombrara a Dahlan como su adjunto. Algunos funcionarios de al-Fatah afirmaron que Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea dejaron en claro que les gustaría que Dahlan sucediera a Abbas. Consciente de esto, Abbas percibió a Dahlan como su rival para el cargo y en junio de 2011 tomó medidas. Acusado de corrupción financiera, Dahlan fue juzgado en ausencia por la Autoridad Palestina, declarado culpable y expulsado del organismo gobernante de al-Fatah. Además, Abbas acusó a Dahlan de haber asesinado al difunto líder palestino Yasser Arafat.
A lo largo de los años han persistido los rumores sobre la participación de Dahlan en todo tipo de conspiraciones. Por ejemplo, su nombre se incorporó al intento de golpe de estado de 2016 en Turquía contra el régimen del presidente Recep Tayyip Erdogan. En diciembre de 2019, Turquía ofreció una recompensa de 1,7 millones de dólares por localizar a Dahlan, y emitió órdenes judiciales acusándolo de perpetrar el intento de golpe.
Ha habido muchas especulaciones, que Dahlan no ha negado, según las cuales jugó un papel clave en la materialización del acuerdo de normalización entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel
En cuanto a la presidencia de la Autoridad Palestina, siempre que surge la cuestión de un sucesor de Abbas aparece el nombre de Dahlan, a menudo en una nube de intriga. Ahora, con el nuevo acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, la idea de una candidatura de Dahlan a la presidencia palestina resurge más fuerte que nunca.
Dahlan se ha puesto en contra del actual sistema palestino al manifestar un apoyo algo ambiguo al acuerdo.
«Los Emiratos Árabes Unidos», dijo, como si hablara en nombre de la administración en su conjunto, «utilizarán sus esfuerzos para presionar directamente a la administración estadounidense y a otros para que pongan fin al plan de anexión, y reemplacen el plan de Trump con decisiones de legitimidad internacional y la Iniciativa Árabe de Paz».
Hace más de 10 años, Abbas anunció que no volvería a presentarse a la presidencia, sino que permanecería en el cargo hasta que se celebraran nuevas elecciones. Estas han sido programadas y pospuestas en muchas ocasiones desde entonces, y es posible que ya se haya olvidado de su promesa. Si no lo ha hecho, entonces la votación presidencial por la Autoridad Palestina estará abierta de par en par.
Si Dahlan logra esta vez posicionarse como el sucesor de Abbas, puede resultar ser la nueva escoba que tanto tiempo se ha necesitado en la escena política palestina. Dahlan no es un «político de convicciones», sino más bien un hombre de decisiones en el molde de Trump. Él, más que cualquier otro político palestino, parece tener las cualidades necesarias para hacer a un lado las actitudes obsoletas del liderazgo que han encadenado al pueblo palestino durante décadas, para adoptar un enfoque más realista con el fin de llegar a un acuerdo con Israel, y un futuro más brillante, que es seguramente alcanzable, para toda la región.
*Corresponsal en Oriente Medio de Eurasia Review. Su último libro es Trump and the Holy Land: 2016-2020 (Trump y Tierra Santa: 2016-2020).
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción NMI.