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R ecientes excavaciones efectuadas en Jerusalén han sacado a la luz lo que parece ser la primera evidencia, fuera de los textos religiosos, de la existencia de Isaías, uno de los grandes profetas bíblicos, a quien se atribuye el anuncio de la venida del Mesías.
Arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén hallaron, al pie de la ladera sur del Monte del Templo, una minúscula esfera de arcilla o sello, que llevaría inscrito el nombre del profeta judío. Al reconstruir las letras en hebreo arcaico, la pieza tiene inscrito Yeshayah (Isaías) seguido por las letras NVY, consonantes que conformarían la palabra naví, profeta.
Con menos de un centímetro de diámetro, la extraordinaria pieza data de hace 2700 años. La encontró la arqueóloga Eilat Mazar, quien dio a conocer el hallazgo esta semana en la Revista de Arqueología Bíblica. “¿Es esta la firma del profeta Isaías?”, tituló su artículo académico. “Como en sello está ligeramente dañado al final de la palabra NVY, no se sabe con certeza si originalmente terminaba con la letra hebrea álef para completar la palabra hebrea ‘profeta’, con lo que no quedaría duda de que aquel era el sello usado como firma por el profeta Isaías”, señaló Mazar en un comunicado citado por The Times of Israel.
Según la tradición religiosa, Isaías vivió a finales del siglo VIII y principios del VII a.e.c. La esfera, que no está completa, se encontró enterrada afuera del muro de la panadería real del rey Ezequías del reino de Judea, una estructura integrada a la fortaleza de la ciudad que estuvo en funcionamiento hasta la destrucción de Jerusalén por los babilonios en el año 586 a.e.c.
Dada la relación simbiótica entre Isaías y Ezequías descrita en el relato bíblico, “no debería ser una sorpresa que se hubiese descubierto [el sello] cerca de uno que lleva el nombre del rey Ezequías”, escribió la académica. Según el Tanaj, Isaías fue el consejero espiritual del monarca, y su colaboración fue esencial para resistir el asedio de los asirios. La pieza con la inscripción “Ezequías, rey de Judea” se desenterró en 2015.
Estos sellos se suman a otros hallazgos similares de excavaciones previas, que ofrecen evidencias de la narrativa de la Ciudad de David como capital del reino hebreo. Pero la propia Mazar ha advertido que la ausencia de la letra álef deja abierta la posibilidad de que la inscripción fuera solo un nombre personal. No obstante, el descubrimiento es “único y fantástico”, escribe.
Fuente: Daniel Shoer Roth, El Nuevo Herald. Versión NMI.
Al reconstruir las letras en hebreo arcaico, la pieza tiene inscrito Yeshayah (Isaías) seguido por las letras NVY, consonantes que conformarían la palabra naví, profeta