Sandra, Sandrita:
En tan solo dos días de tu partida las muestras de cariño que hemos recibido, leído, llamado, etc., de la gente que te conocía, han sido interminables.
Te aseguro que eso es solo una pequeña muestra de todo lo que tú sembraste. Como dice nuestro abuelito: “Cada quien cosecha lo que siembra”. Tú sembraste cariño, dulzura, sonrisas, esperanzas, voluntad, fe. Siempre creíste en la felicidad, en la lucha, en salir adelante con trabajo y tenacidad.
No es fácil llenar tus zapatos, nos quedan grandes. Aunque la distancia es dura, siempre estabas allí y hacías que pareciera que el tiempo no había pasado. Siempre sonriendo a tus hijos, a tu esposo, a nosotros. Y aunque estabas cansada, te hacías sentir como si nada pasara. Dejas mucho que aprender, y no es fácil.
Me gustaría que me enseñaras aquí. Aunque en otro país, pero aquí. Que siguiéramos hablando, preguntándonos por nuestros hijos y haciendo planes. Imaginándonos cómo entraríamos en tu casa, me dijiste: con mucho cariño.
Dejaste un vacío grande para muchos. Te faltó mucho por hacer, aunque Dios pensaba que no. Sé que desde arriba guiarás y cuidarás de tus hijos y de tu esposo, y estarás orgullosa de ellos. Siempre hablabas con mucho orgullo de Isaac y Yael. Sé que cuidarás del abuelito y de tu mamá, que les harás una falta infinita, y de tus hermanos que tanto te querían. Aquellos días azulitos serán tuyos, porque así veías tú la vida: siempre la veías bonita.
Prima, me vas a hacer mucha falta. Saber que no estás no va a ser fácil para muchos. Pero siempre recordaremos lo bonito que fuiste con todos los que te conocían. Sonreír y ver las cosas bonitas eran parte de tu filosofía.
Te quiero un montón,Tu prima Jacqueline Anidjar