En ocasión de otorgársele el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Católica Andrés Bello, el 26 de enero de 1998, Shimon Peres tuvo un encuentro con los alumnos y profesores de esa casa de estudios. El siguiente discurso de bienvenida fue ofrecido por Sami Rozenbaum, actual director de NMI
N o es frecuente que a una persona, en vida, se le reconozca carácter de gran estadista. Menos frecuente resulta la oportunidad de recibir a un gran estadista en un ámbito distinto al político, como este. Nos sentimos profundamente honrados con la presencia de Shimon Peres, quien en su país ha ocupado los cargos de ministro de Finanzas, ministro de Trasportes, ministro para el Desarrollo Económico de las Áreas Administradas, ministro de Defensa, canciller y primer ministro.
Pero presentimos que, en su fuero interno, la función más satisfactoria que jamás haya asumido es quizá la actual: presidente del Instituto Cultural Shimon Peres por la Paz. Se trata de un organismo que busca convertir los sueños, incluso las fantasías, en realidad. Solo un verdadero estadista es capaz de enfrentarse a un presente tan contrario a los sueños como el del Medio Oriente de hoy, arriesgándose a ser calificado de iluso.
Sin embargo, aunque no siempre nos percatemos de ello, vivimos en un mundo que fue la fantasía de anteriores “ilusos”. Como usted mismo ha escrito: “Soy hijo de una generación que perdió un mundo y se puso a construir otro”.
En nombre de los estudiantes venezolanos, “Baruj abá”. Bienvenido a un país que desde hace un siglo no sabe de guerras. Bienvenido a una universidad que se define como católica, pero siempre ha estado abierta a todas las creencias. Deseamos sinceramente que tales dones, la paz y la concordia, lleguen también a Israel y todo el Medio Oriente en el futuro cercano.