N uestra querida Omi fue excelente hija, esposa, madre, abuela y bisabuela; una mujer única que por donde pasaba dejaba huella con anécdotas para reflexionar. Fue maestra de grandes virtudes y, “sin pelos en la lengua”, siempre decía lo que pensaba y sentía.
Estaba adelantada a su tiempo, atrevida y aventurera, amante de disfrutar cada momento y experiencia buscándole a todo el lado positivo.
Saba era una persona detallista, amable y comprensiva, pendiente de todos quienes la rodeaban, irradiando alegría y felicidad. Hacer el bien sin mirar a quién era su lema de vida, y visitar a sus amigos y seres queridos en dificultad se tornaba parte de su rutina diaria.
Nació en Lublin, Polonia, el 17 de diciembre de 1925. A los 7 años llegó a Cabimas junto a su madre para reunirse con su padre, quien trabajaba allí en un campo petrolero. Vivió en Maracaibo hasta los 17 años, y a esa edad se trasladó a Caracas para seguir estudios universitarios. Se sentía muy orgullosa de que aun siendo hija única, su padre la educó como mujer íntegra para afrontar la vida en forma independiente.
Se graduó de Bioanálisis y comenzó su carrera profesional en el Instituto Nacional de Higiene, ejerciendo luego en forma privada como especialista en alergias.
Junto a su querido amor y compañero de vida, Peter Mayer, formaron una bella y unida familia de cuatro hijos, once nietos y siete bisnietos.
Por encima de todo, su familia jugó un rol protagónico en su vida, siempre entregada a ella e inculcándole la importancia de los valores familiares. Le agradecemos su cariño, amor y dedicación, reuniéndonos todos los domingos y brindándonos sus almuerzos exquisitos.
Resalta su labor comunitaria, primero apoyando a su esposo en las actividades de la B’nai Brith y en la Unión Israelita de Caracas, y luego en el Centro Médico Yolanda Katz desde su fundación y por quince años consecutivos, así como en la biblioteca de la Unión Israelita de Caracas.
Omi, siempre serás nuestro ejemplo a seguir, nuestro orgullo y motivo de inspiración. Vivirás en nuestros corazones y te recordaremos con tu bella sonrisa, entregada a la vida y dispuesta a todo como “colcha y cobija”, una de tus expresiones predilectas.
Tus hijos, nietos y bisnietos