Ha pasado la mitad de su vida como acusado, pero la próxima película del célebre director de cine Roman Polanski, de 85 años, se llamará J’accuse (Yo acuso).
La leyenda cinematográfica de origen polaco, quien ha pasado cuatro décadas como fugitivo de la justicia de los Estados Unidos después de admitir la violación de una niña de 13 años en 1977, está realizando un thriller histórico de espías basado en el caso Dreyfus, el más famoso escándalo de la justicia en la historia de Francia.
J’accuse estará protagonizada por el ganador del Oscar francés Jean Dujardin, quien interpretará al hoy casi olvidado oficial de contraespionaje que demostró que el capitán judío Alfred Dreyfus había sido acusado erróneamente de espiar para los alemanes. El caso dividió a Francia durante más de una década desde 1894.
El título en francés de la película, cuyo nombre en inglés será The Dreyfus Affair, proviene de la famosa carta abierta escrita por el novelista Emile Zola en apoyo a Dreyfus y criticando al gobierno francés por su antisemitismo. Tal fue la reacción oficial, que el autor de Germinal tuvo que huir al exilio en Inglaterra durante diez años tras ser condenado por difamación.
El guión fue escrito por el novelista británico Robert Harris, quien anteriormente trabajó con Polanski en la aclamada película The Ghost Writer en 2010. Legende Films ha confirmado que el rodaje comenzará pronto en París, y ya está contratando extras para las escenas que se filmarán a finales de noviembre.
Polanski, creador de películas clásicas como El bebé de Rosemary, Chinatown y Tess, intentó durante años obtener una versión en inglés de la historia del teniente coronel Georges Picquart, pero sin éxito. “Hace mucho tiempo quería hacer una película sobre Dreyfus, no como un drama de época sino como un thriller de espías”, dijo Polanski ya en 2012. Argumenta que la historia es “absolutamente pertinente para el mundo de hoy: una caza de brujas contra una minoría, paranoia sobre la seguridad, cortes militares secretas y servicios de inteligencia fuera de control, gobiernos mentirosos y una prensa enfurecida”.
Mientras Dreyfus se pudría en la famosa colonia penal de la Isla del Diablo frente a la Guayana Francesa, Picquart volvió a investigar el caso en secreto, demostrando que el hombre acusado y condenado no era un espía. Pero cuando presentó las pruebas al estado mayor del ejército francés, se negaron a admitir que había habido un error e hicieron todo lo posible por destruirlo.
Los productores declararon a la revista Le Film Français: «Picquart es el héroe olvidado del caso Dreyfus, el que descubrió que las pruebas contra el capitán habían sido inventadas. Desde ese momento puso en riesgo su vida y su carrera, pero nunca dejó de intentar identificar a los verdaderos culpables y rehabilitar a Dreyfus».
Picquart se convirtió posteriormente, en 1906, en ministro de Guerra en el gobierno dirigido por Georges Clemenceau, quien lideraría a Francia durante la Primera Guerra Mundial.