El año 5780, y sobre todo los últimos seis meses, ha sido una montaña rusa de noticias buenas y malas para Israel. He aquí una breve síntesis de un período complejo y pleno de sorpresas
Después de tres elecciones en año y medio y múltiples crisis, los partidos Likud y Azul y Blanco llegaron a un acuerdo para establecer un gobierno de unidad nacional, en el que Benjamín Netanyahu y Benny Gantz se turnarán el puesto de primer ministro durante 18 meses cada uno. Así, Netanyahu tomó posesión de su nuevo gobierno el 17 de mayo y estará en el poder hasta el 17 de noviembre de 2021, cuando será reemplazado por el ahora ministro de Defensa Benny Gantz.
Netanyahu y Gantz durante la ceremonia de juramentación del 23º gobierno de Israel el 17 de mayo, ante una Knesset desierta a causa de la cuarentena por la pandemia
(captura de pantalla)
Netanyahu, el primer jefe de gobierno nacido en Israel después de la creación del Estado, se convirtió en el único primer ministro que ha sido electo cuatro veces seguidas (2009, 2013, 2015 y 2020). Además es el primer ministro que ha ocupado el cargo más tiempo en la historia de Israel, habiendo superado a David Ben-Gurión con cinco mandatos, y el único primer ministro imputado por corrupción mientras aún ejerce el cargo.
Sin embargo, la coalición luce muy frágil, y estuvo a punto de desmoronarse hace pocas semanas de no haberse llegado a un acuerdo sobre el nuevo presupuesto del país.
El año pasado fue el mejor para Israel en crecimiento económico, exportaciones, empleo, turismo y otros parámetros.
La Unidad de Comercio Exterior del Ministerio de Economía e Industria de Israel informó que el crecimiento de las exportaciones fue de 68% entre 2009 y 2019, al pasar de 67.700 a 114.000 millones de dólares, lo que representa un aumento promedio anual del 5,3%.
Pero el Producto Bruto Interno (PBI) registró una caída histórica en el segundo trimestre de 2020 del 28,7%, la peor cifra en los últimos 40 años, según la Oficina Central de Estadísticas.
A principios de septiembre, el crecimiento negativo anualizado era de 8,1% y, según los analistas, incluso aunque la situación mejore en lo que queda del año, 2020 se encamina a convertirse en el año con las peores estadísticas económicas de la historia de Israel. Según el diario Haaretz, esta contracción ha devuelto al PBI israelí a donde se encontraba hace cuatro años. La caída del consumo se estima en 43,4%.
Por otra parte, el desempleo se mantiene cerca del 20%, casi 17 puntos por encima del récord mínimo de 3,3 % que se registró apenas en febrero, lo que técnicamente era pleno empleo.
En cuanto al turismo, en 2019 llegaron al país 4,55 millones de visitantes, 11% más que en 2018, generando ingresos por más de 7600 millones de dólares. Como en el resto del mundo, 2020 verá reducidas esas cifras a mínimos históricos; la caída en el número de visitantes para este año se estima en 79%.
Entre las medidas implementadas por el Gobierno para paliar la crisis se encuentran un paquete económico de más de 8000 millones de shékels (unos 2300 millones de dólares), aprobado recientemente y una paga única de 750 shékels o más a cada ciudadano, según su situación familiar.
La corporación Chevron informó el 20 de julio la adquisición de la firma productora de petróleo y gas Noble Energy por aproximadamente $5.000 millones en acciones, en el primer gran acuerdo energético desde que la crisis del coronavirus hundió la demanda mundial de combustible y envió los precios del crudo a mínimos históricos.
El acuerdo convierte a Chevron en la primera gran compañía petrolera en ingresar a Israel.
El ministro de Energía israelí, Yuval Steinitz, calificó el acuerdo como «una gran expresión de confianza en el mercado energético israelí». Los activos israelíes «reequilibrarán la cartera hacia el gas, y proporcionarán un trampolín» para la región, dijo Tom Ellacott, vicepresidente de la empresa Wood Mackenzie.
Campo de gas natural Leviatán, frente a las costas de Haifa
(Foto: Reuters)
La compra aumenta las inversiones de Chevron en el esquisto bituminoso de EEUU, y le otorga el emblemático campo gasífero de Leviatán, ubicado frente a las costas de Israel, el mayor yacimiento de gas natural del Mediterráneo oriental.
Las compañías petroleras están bajo presión para reducir su huella ambiental de carbono; el gas se considera una fuente energética de combustión más limpia.
La caída del precio del petróleo ha derrumbado las acciones de muchas compañías de energía, convirtiéndolas en objetivos atractivos para compradores que han soportado la recesión y disponen de recursos. Chevron terminó el primer trimestre de 2020 con 8500 millones de dólares en efectivo, tras retirar una oferta de $33.000 millones por la firma Anadarko el año pasado, lo que la convirtió en una de las primeras grandes compañías petroleras en recortar gastos durante la recesión.
Las lluvias de 2020 permitieron recuperar el Mar de Galilea (lago Kineret) a su nivel más alto en 17 años. Esta es la principal fuente de agua del país, aparte de la desalinización.
En marzo la cota era de 209,29 metros bajo el nivel del mar, solo 49 centímetros menos que la Línea Roja Superior, punto en el cual sería necesario abrir la represa para evitar inundaciones, reportó la Autoridad de Agua del Israel.
El menor nivel se produjo en noviembre de 2001, cuando el lago llegó a los -214,87 metros, conocido como la Línea Negra. La última vez que el Mar de Galilea llegó a la Línea Roja Superior ocurrió durante el invierno boreal de 2003-2004.
Sin embargo, la ola de calor extrema que golpeó a Israel a principios de septiembre ha causado daños graves a la producción agrícola. Según las primeras estimaciones, se pueden calcular daños por 15 millones de shékels (unos 4,3 millones de dólares). Las áreas más afectadas son los cultivos de manzanas, las hortalizas y las aves de corral.
Según Kanat, el Fondo de Seguridad Agrícola de Israel, el daño producido por esta ola de calor se suma a un hecho de más largo alcance, que es el calentamiento global y el aumento de los eventos climáticos extremos. Los datos de la entidad muestran que en los últimos cinco años los daños a la agricultura aumentaron 45% respecto al quinquenio anterior.
El pasado 24 de abril, el sistema informático del acueducto de Israel sufrió un “hackeo” que, de no haber sido neutralizado, habría puesto en peligro la salud de la población al incrementar peligrosamente los niveles de cloro en el agua de consumo.
Unas dos semanas después, las instalaciones portuarias Shahid Rajaee en la ciudad iraní de Bandar Abbas, por las que entra y sale el 50% de los productos de ese país, sufrió una grave infiltración digital que paralizó sus operaciones durante varias horas.
El Comandante General (en reserva) Amos Yadlin, influyente ex jefe de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel y actual jefe del grupo de expertos del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, dijo que el ataque cibernético podría verse como un mensaje de Israel a Irán.
Instalaciones portuarias Shahid Rajaee en la ciudad de Bandar Abbas, Irán
(Foto: Organización Marítima y Portuaria de Irán)
«Si esta fue una respuesta de Israel al ataque iraní contra la infraestructura de agua, Tzáhal está dejando en claro que los sistemas civiles deben quedar fuera del enfrentamiento», escribió Yadlin en Twitter, manteniendo su evaluación con las usuales reservas de los funcionarios israelíes para preservar cierto grado de ambigüedad sobre las actividades militares en el extranjero. «Este es un mensaje significativo sobre la vulnerabilidad de los sistemas económicos de Irán ante las capacidades cibernéticas israelíes».
Israel e Irán mantienen una soterrada ciberguerra desde hace una década, cuando el virus informático Stuxnet, desarrollado en el Estado judío, destruyó unas mil centrifugadoras utilizadas para refinar el uranio en la instalación nuclear iraní de Natanz. Pero tras los incidentes de abril y mayo de 2020, casi no pasó un día sin que se produjeran en rápida sucesión misteriosas explosiones y otros incidentes graves en lugares estratégicos de la República Islámica, que llegaron a iluminar los cielos del mismísimo Teherán:
Saed Aganji, periodista iraní que trabaja en Finlandia, afirma que estos incidentes son actos de sabotaje. Al atacar lugares de importancia estratégica y económica, el objetivo sería “poner de rodillas la economía de Irán, para obligar al régimen a dejar de financiar las milicias [terroristas] y cambiar de curso [en sus actividades] en el Medio Oriente”.
El “Plan del Siglo” promovido por el presidente estadounidense Donald Trump, que después de tres años de una campaña de intriga se anunció finalmente en enero de 2020, incluía la aprobación, por parte de EEUU, de que Israel extendiera su soberanía a los principales bloques de asentamientos judíos en Judea y Samaria, así como al estratégico Valle del Jordán. Esto desató una tormenta de protestas de los palestinos, así como de la mayoría de los países musulmanes, casi toda Europa y la izquierda internacional, que calificaron esa posibilidad como una anexión ilegal.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, el embajador de EEUU en Israel, David Friedman, centro, y el entonces ministro de Turismo y actual presidente de la Knesset, Yariv Levin, durante una reunión para discutir la extensión de la soberanía israelí a parte de Cisjordania, el 24 de febrero de 2020. La medida ha sido descartada por los momentos
(Foto: Embajada de Estados Unidos en Jerusalén)
Sin embargo, en el propio Israel no había consenso al respecto, y la discusión amainó mientras el tema de la pandemia asumía mayor urgencia. Al final, durante el anuncio del establecimiento de relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos (ver punto siguiente), se reveló que parte del acuerdo incluía la renuncia de Israel a tomar esa medida.
Israel y los Emiratos Árabes Unidos alcanzaron un histórico acuerdo de paz el 13 de agosto, que conducirá a la normalización total de sus relaciones diplomáticas en un acuerdo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ayudó a negociar.
El acuerdo, que recibió el nombre de “Pacto de Abraham” (por el patriarca común de judíos y árabes), se selló con una llamada telefónica entre Trump, el primer ministro israelí Binyamín Netanyahu y el jeque Mohammed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dhabi.
En las semanas posteriores el movimiento fue acelerado: a un vuelo directo de El Al entre Tel Aviv y Abu Dhabi, en el que estuvieron altos dignatarios israelíes, siguieron conversaciones sobre la apertura de las correspondientes embajadas, entrevistas en las cadenas de televisión de ambos países, ceremonias en la sinagoga de Dubai, así como conversaciones para abrir oficinas de organismos como la Agencia Judía y el Keren Hayesod en los Emiratos.
El Khaleej Times, diario en inglés de los Emiratos Árabes Unidos, reflejó con este optimista titular el encuentro del asesor de Seguridad Nacional de Israel, Meir Ben Shabat, y el asesor del presidente Trump, Jared Kushner, con el canciller emiratí Anwar Gargash. Ben Shabat y Kushner arribaron a Abu Dhabi en el primer vuelo de El Al desde Israel
Menos de un mes después, el 11 de septiembre, Bahrein anunció también el establecimiento de plenas relaciones diplomáticas con Jerusalén. El mismo día, un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de los Emiratos elogió la medida, y expresó su esperanza de que el establecimiento de relaciones “tenga un efecto positivo en el clima de paz y cooperación a nivel regional e internacional”. La cancillería emiratí también señaló que la medida representa “un paso significativo hacia una era de seguridad y prosperidad”, y subrayó que ampliaría “el alcance de las vías de cooperación económica, cultural, científica y diplomática”.
Uno de los aspectos más destacables de esta evolución ha sido que la mayoría de los demás países árabes no expresó oposición; de hecho el gobierno de Egipto envió sus felicitaciones, Arabia Saudita autorizó los vuelos de El Al sobre su territorio, y la Liga Árabe no emitió ninguna condena, lo que equivale a una aprobación implícita. Como era de esperarse, los regímenes de Irán y Turquía han sido los que han expresado mayor oposición, pues el crecimiento de este “Círculo de la Paz”, que se espera continúe hasta abarcar a la propia Arabia Saudita, amenaza sus planes hegemónicos sobre la región.
Nuevos tiempos, nuevo paradigma, cambios telúricos, son algunas de las expresiones con que se ha recibido a estos acontecimientos, que ciertamente abren una nueva era en el Medio Oriente y en la posición de Israel en el mundo.
Si tan solo los dirigentes palestinos se dieran por enterados.
Nueva ministra de inmigración de Israel es de origen etíope
Pnina Tamano-Shata, quien llegó descalza a Israel desde Etiopía a los tres años de edad, se convirtió el 16 de mayo en la nueva ministra de Inmigración y Absorción.
Fuentes: The Jerusalem Post, The Times of Israel, Israel Hayom, Aurora e Ynet.