La primera misión de la fuerza militar pre-estatal de Israel, coordinada con Londres contra la Francia de Vichy, tuvo un final catastrófico, y sigue siendo una historia abierta para los familiares de los desaparecidos en acción
75 años después de que un grupo de jóvenes judíos desapareciera sin dejar rastro en las aguas entre Haifa y el Líbano, sus nombres han sido conmemorados en un cementerio militar británico.
El memorial, ubicado en el Cementerio de la Commonwealth de Brookwood en Surrey, al suroeste de Inglaterra, es producto de la perseverancia y determinación del historiador británico Martin Sugarman.
La historia de la Operación Boatswain es bien conocida en Israel, pero rara vez se la menciona en el Reino Unido. Se trata de la primera gran operación del Palmaj y tuvo lugar en 1941, pero su trágico resultado proyectó una larga sombra y, al principio, no fue discutida públicamente por temor a afectar la moral del Palmaj, grupo militar élite de la Haganá, el ejército pre-estatal de Israel.
Los judíos del yishuv nunca habían cooperado formalmente con las autoridades militares británicas, pero a principios de 1941 los representantes del Mandato comenzaron a discutir, a través de la Agencia Judía, la posibilidad de realizar una operación conjunta contra las fuerzas de la Francia de Vichy, títere de los nazis, en el Líbano y Siria. Se decidió que el primer objetivo sería sabotear una refinería de petróleo situada en Trípoli, Líbano. Un oficial británico, el mayor Anthony Palmer, fue enviado desde El Cairo, donde trabajaba con el SOE, siglas del Ejecutivo de Operaciones Especiales.
“El Palmaj solicitó voluntarios, y 23 hombres se presentaron”, narra Sugarman. Comenzaron a entrenarse en la base de la Real Fuerza Aérea de Ramat David, construida por los británicos y que Tzáhal sigue utilizando actualmente. Se efectuaron varios ejercicios de práctica en Cesárea y, estando listos para la misión, le dieron luz verde.
La intención era partir desde Haifa y seguir la costa libanesa hasta Trípoli. Tres de los voluntarios del Palmaj permanecerían a bordo mientras el resto, llevando explosivos, efectuarían una acción comando contra la refinería.
Por razones aún no explicadas, en lugar de emplear la embarcación que habían usado para su entrenamiento, el escuadrón acudió a la Policía (británica) de Palestina, a la que se ordenó entregarles uno de sus mejores barcos, el Sea Lion o Ari Hayam (León Marino). La noche del 18 de mayo de 1941 el Ari Hayam, llevando a bordo a los 23 jóvenes judíos y el mayor Palmer, zarpó de Haifa, y nunca se le volvió a ver.
Como explica Sugarman, a lo largo del tiempo ha habido una variedad de hipótesis sobre lo que sucedió a la tripulación del Ari Hayam, pero durante estos 75 años Tzáhal los ha contabilizado como “desaparecidos en acción”. “Hay cinco teorías principales sobre lo que sucedió”, dice. “El barco pudo haber sido hundido por un submarino enemigo, pero no hay evidencia de naves enemigas en el área aquella noche. La segunda es que el barco, que usualmente llevaba solo cuatro tripulantes, simplemente se hundió por el peso excesivo de los 24 hombres y su equipo”. Se ha sugerido también que el Ari Hayam naufragó por una tormenta, pues se dice que el tiempo era malo esa noche.
Adicionalmente, hay dos teorías relacionadas con el hallazgo de supuestos cuerpos del naufragio o posibles sobrevivientes.
Según la primera de estas, el barco naufragó, algunos cadáveres aparecieron en la costa y fueron sepultados por los árabes locales. La segunda dice que algunos de los 23 sobrevivieron, nadaron hacia la costa y fueron recibidos por tropas del Anzac (Australia y Nueva Zelanda), que les indicaron que se dirigieran al sur. De nuevo, “árabes locales” no especificados aparecen en esta historia, y supuestamente asesinan a los sobrevivientes.
Israel ha rastreado sin éxito el fondo marino frente a las costas de Haifa, renovando los intentos a medida que la tecnología se ha vuelto más sofisticada. En 1982, durante la breve intervención militar israelí en el Líbano, el coronel Shlomo Elkanah publicó un aviso en el diario libanés en francés L’Orient-Le Jour, que decía: “En mayo de 1941, la embarcación del mayor Lord [sic] Anthony Palmer, un oficial británico, con 23 marineros, fue interceptada por las fuerzas de Vichy. Se solicita a cualquier persona que tenga conocimiento al respecto que se comunique con este número de teléfono”. El coronel estableció una oficina en Beirut, pero nuevamente sin resultados.
La historia de los 23 se conmemora en Tel Aviv y en el Monte Herzl de Jerusalén, así como en muchas calles a lo largo y ancho del país. El mayor Anthony Palmer tiene una placa a su nombre en Surrey, pero Sugarman consideraba que eso era injusto para con los otros miembros de la misión, por lo que en 2005 comenzó a buscar más datos en archivos británicos, franceses e italianos. Sin embargo, terminó en un callejón sin salida.
En 2014 el coronel Nir Ereli, de los Archivos de Desaparecidos en Acción de Tzáhal, convocó a las familias de los 23 y les dijo que las Fuerzas de Defensa de Israel también habían llegado al final del camino. Les informó que estaban cerrando los archivos.
Sugarman decidió hacer un nuevo intento para que los británicos reconocieran el sacrificio de los 23 jóvenes judíos. Escribió a la Comisión de Sepulturas de Guerra de la Commonwealth, describiendo los detalles del caso y enviando abundante documentación, para demostrar que los hombres se habían ofrecido como voluntarios para participar en esa peligrosa misión a favor de las fuerzas aliadas y británicas.
Para su sorpresa, la Comisión respondió a las pocas semanas, y ahora se ha inaugurado el memorial en el cementerio de Brookwood. Por cierto que hay un error en la lista de nombres: se incluyó a un misterioso “Picchi, F.”, un hombre que no tenía nada que ver con los 23 del Ari Hayam. Como señala Sugarman, se trata de un italiano que trabajaba para el SOE y que también desapareció en acción; en lugar de dedicarle un memorial separado, la Comisión incluyó su nombre entre los voluntarios del Palmaj.
Ahora Sugarman aspira a que la embajada israelí lleve a cabo una ceremonia en Brookwood para recordar el sacrificio de los jóvenes que perdieron la vida en el Ari Hayam. Al menos él cree que murieron allí.
Fuente y foto: The Times of Israel. Traducción y versión NMI.