Una ONG llamada Alianza por los Derechos de Todas las Minorías en Irán (ARAM por sus siglas en inglés) denunció, cuando se acerca la festividad de Purim, que las autoridades de ese país amenazan con destruir el Mausoleo de Esther y Mordejai en la ciudad de Hamadán, el más importante lugar de peregrinación judía en territorio iraní.
Según el reporte, que no ha sido confirmado, miembros de la organización oficial Basij pretenden atentar contra el lugar en respuesta al plan de paz anunciado por Trump y Netanyahu hace un mes.
El Mausoleo de Esther y Mordejai en Hamadán, al oeste de Irán (Foto: Wikimedia Commons)
La tumba es visitada por miles de personas cada año. En 2008, el régimen iraní la incluyó en la lista de Patrimonio Nacional, lo que implicaba colocarla bajo protección oficial. Sin embargo, en 2010 los Basij amenazaron con destruirla, ante fantasiosas acusaciones —tantas veces repetidas— de que Israel se disponía a dañar la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén.
Basij (“movilización” en farsi) es una organización paramilitar que opera como los ojos y oídos del régimen de los ayatolas en escuelas, universidades, fábricas, instituciones públicas y privadas, e incluso entre las tribus de todo el país. Es decir, se trata de una fuerza de control y terror social típica de los regímenes totalitarios.
Menos de un año después de la última amenaza, en septiembre de 2011, las autoridades iraníes redujeron el estatus del Mausoleo de Esther y Mordejai, retirando el letrero que lo declaraba como lugar oficial de peregrinación. En esa oportunidad, para colmo del ridículo, el gobierno acusó a esos personajes históricos por la “masacre de decenas de miles de iraníes, que los judíos celebran en Purim”, aunque hace 2500 años no existía el concepto de Irán y mucho menos el Islam.