Yair ben Yehuda*
Cuatro son las mitzvot correspondientes a nuestra festividad de Purim:
Pero, ¿con qué fin nos damos regalos los unos a los otros? ¿Qué relación guarda con la celebración de Purim? A través de la visión de Rabí Jayim Fridlander, ZT”L, trataremos de entender cuál es la esencia del día de Purim.
(Foto: pjlibrary.org)
En el tratado talmúdico de Meguilá está escrito: “No hubo nunca quien supiera hablar mal de los demás (Lashón HaRá) como Hamán el malvado”. Lashón HaRá es hablar de alguien, aunque sea verdad, con el fin de perjudicarlo. De esta manera, los argumentos que Hamán utilizó para acusar a Israel frente al rey Ajashverosh eran ciento por ciento verdad, ya que consiguió detectar nuestro punto débil y sobre él basar sus afirmaciones.
¿Qué evidencias presentó ante el rey Ajashverosh? “He aquí un pueblo diseminado y fraccionado entre las naciones”. Quería convencerlo de que Israel, en ese momento, era sumamente vulnerable, ya que Dios extiende una protección especial sobre Israel cuando se encuentra unido, y así, en esos momentos de discordia y desunión, les faltaba ese resguardo especial, pudiendo ser fácilmente sometidos.
En contraparte, Rabenu Yona, ZT”L, en su libro Shaäre Teshuvá, explica que si cada miembro de un grupo procura trabajar y luchar por sus propios intereses, y las posibles asociaciones o acuerdos van en función de lo que cada uno anhela alcanzar, su actitud conseguirá concretar desunión, egocentrismo y falta de fraternidad, pues la voluntad de uno no es como la del otro.
Israel, en ese momento, era sumamente vulnerable, ya que Dios extiende una protección especial sobre Israel cuando se encuentra unido, y así, en esos momentos de discordia y desunión, les faltaba ese resguardo especial, pudiendo ser fácilmente sometidos
Purim está fundamentado en una sola base y persigue un solo objetivo: buscar la reunificación de Israel, entre hermanos, familias, congregaciones, etc., para finalmente unificarnos con el Creador mismo.
Entregar por lo menos a dos yehudím dos comidas refleja la esencia misma de Purim, y consigue dar luz a los demás preceptos. Al leer la Meguilá, nos congregamos juntos en un mismo lugar y tomamos conciencia del milagro que sucedió por medio de nuestra unión. Dar alimento a los necesitados nos hace unirnos con todos los miembros de nuestro pueblo, sean del estrato social y económico que sean. Y no hay nada más efectivo para reunir a las personas que una buena comida. Todos dispuestos para reconciliarnos con los demás, perdonar a quienes nos hicieron mal y pedir perdón a quienes afligimos o contrariamos. Es tan así, que nuestros sabios dicen que esta mitzvá debe realizarse principalmente con quienes casi no tenemos relación e, inclusive, mantenemos ciertos roces. ¡Buena Suerte!
*Artículo publicado originalmente en Nuevo Mundo Israelita en 2010.